(Bloomberg).- De los más de 1,000 vuelos programados para despegar o aterrizar en el vasto Aeropuerto Internacional de Pudong el viernes, uno marca el comienzo de una nueva era en el negocio de la aviación.

China está haciendo su intento más audaz hasta el momento de romper el dominio de Airbus SE y Boeing Co. en el mercado de los grandes aviones comerciales. Después de años de retrasos, se espera que el primer gran avión moderno del país realice su vuelo inaugural.

"El C919 marcará un punto de inflexión para la industria aeroespacial de China", dijo Corrine Png, presidenta ejecutiva de Crucial Perspective, una empresa de investigación con sede en Singapur.

El C919 de 158 a 174 asientos es fabricado por la empresa estatal Commercial Aircraft Corp. of China Ltd. (Comac), que también desarrolló un avión regional más pequeño, el ARJ21, el cual voló para una aerolínea china por primera vez el año pasado.

El C919 pone a Comac sobre la mesa en uno de los sectores más lucrativos de la aviación comercial, compitiendo cara a cara con el omnipresente 737 de Boeing y el A320 de Airbus.

Al margen de las celebraciones por un avión hecho en China está la realidad de que Comac pudo fabricar su nuevo avión con una serie de proveedores occidentales. Al menos 15 socios extranjeros, como General Electric Co., Safran SA y Honeywell International Inc. trabajaron en componentes y sistemas del C919.

"Comac se ha apoyado realmente en la experiencia de sus proveedores", dijo Tom Szlosek, director financiero de Honeywell. "Estamos agregando mucho valor".

El aprovechamiento de las cadenas de suministro de Airbus y Boeing permite a Comac superar muchos de los desafíos técnicos de hacer un jet comercial moderno desde la nada y proporciona maestría a la empresa para los diseños futuros.

"No es práctico para Comac desaprovechar las tecnologías que ya están ahí", dijo Yu Zhanfu, director de Roland Berger Strategy Consultants en Pekín. "Si uno insiste en hacer todo solo y desde cero, es probable que se vuelva irrelevante".

Las compañías basadas fuera de China abastecen los sistemas C919 para el control de vuelo, potencia, iluminación, control de la cabina y mucho más. Los motores y el tren de aterrizaje son de fabricantes extranjeros.

El nuevo jet chino demuestra el grado en que la globalización domina la fabricación de los principales productos de ingeniería. Así como el jet depende de sistemas de empresas basadas en todo el mundo, muchos de esos sistemas están construidos con componentes originados en China.

Los motores del C919, por ejemplo, son hechos por CFM. Las empresas matrices de CFM, GE y el fabricante francés Safran Aircraft Engines, a su vez, compran más de US$ 500 millones en piezas fabricadas en China por año para los motores de la serie de aviones a reacción de un solo pasillo de la compañía, informó esta.

Un avión diseñado por China no significa que todas las partes tengan que ser hechas por los chinos, dijo Bao Pengli, gerente de proyecto para el C919 en Comac.

Algunos equipos provienen de proveedores internacionales para cumplir con los estándares de Comac y esas empresas no solo abastecen a Comac, sino también a otros fabricantes de aviones de todo el mundo, agregó.