Bloomberg.- Piense en multimillonarios y el espacio y tres nombres rápidamente vienen a la mente: Elon Musk, Jeff Bezos y Richard Branson.

Resulta que este trío tiene bastante compañía. Hay otros 13 entre las 500 personas más ricas del mundo que tienen una inversión en una empresa espacial, según datos recopilados por el Índice de Multimillonarios de Bloomberg y la firma consultora Bryce Space & Technology.

Aunque los magnates de la tecnología dominan, la lista también incluye al rey de los casinos Sheldon Adelson, que está respaldando una misión a la luna, y al multimillonario mexicano de la banca y el sector minorista Ricardo Salinas, un inversionista en la red de satélites OneWeb.

En total, tienen un valor neto de US$ 513,000 millones. Lo cual es bueno, ya que los emprendimientos espaciales como los lanzamientos de cohetes pueden implicar gastos estratosféricos.

Bezos, el segundo hombre más rico del mundo, está financiando la empresa de cohetes Blue Origin al ritmo de US$ 1,000 millones al año.

Virgin Galactic de Branson ha gastado más de US$ 600 millones en un esfuerzo por llevar vuelos de pasajeros comerciales al espacio suborbital a finales de 2018.

La última década ha visto un auge en las startups espaciales, y no sólo por los multimillonarios. Fueron estimuladas en parte por Space Exploration Technologies , la empresa de Musk. Su primer lanzamiento comercial en 2009 promovió un ecosistema de compañías espaciales que antes estaban obstaculizadas por el costo de llegar a órbita.

Space Angels, una red de inversionistas espaciales, calcula que hay más de 225 empresas privadas que han recibido financiación accionaria, frente a 33 en 2009. Y la financiación ha seguido.

Alrededor de US$ 3,100 millones fueron invertidos en estos negocios en 2016, en comparación con US$ 409 millones en 2011, según Space Angels.

Algunos de éstos, sin duda, irán a la quiebra, dice Maxime Puteaux, un consultor en Euroconsult. Los riesgos son altos y la mayoría de los inversionistas aún no han visto beneficios tangibles.

Pero la tendencia está dando lugar a un grupo de empresas cada vez más diversas, incluyendo una versión espacial de jets compartidos. SpaceFlight, respaldado por el cofundador de Microsoft, Paul Allen, está reservando cupos en vuelos e incluso ha comprado toda la capacidad de un cohete SpaceX cuyos costos dividirá entre los clientes.