Genética
Genética

¿Le gustaría que su médico le entregue los resultados de las pruebas genéticas y le informe si es susceptible a enfermedades graves, como cáncer y enfermedades cardíacas?

En poco tiempo, esa pregunta va a ser relevante para millones de personas. Los médicos de atención primaria estarán cada vez más en condiciones de ofrecer pruebas genéticas como parte de la atención de rutina, del mismo modo que controlan la presión arterial y los niveles de colesterol.

En la mayoría de los contextos, es tentador pensar: cuanta más información, mejor. Pero eso es demasiado simple.

¿Quiere saber el final de la novela de misterio que está leyendo? ¿O lo que le van a regalar para su cumpleaños el próximo año? ¿O lo que todos sus colegas realmente piensan de usted?

Para conocer lo que a la gente le gustaría saber, recientemente realicé una encuesta a unos 400 estadounidenses, con la ayuda de Amazon Mechanical Turk. La encuesta no fue representativa a nivel nacional, pero sí tuvo una gran diversidad demográfica, y, por lo tanto, proporciona algunas pistas importantes sobre qué piensan los estadounidenses.

En cuanto a la información relacionada con la salud, hay mucha división. Un poco menos de la mitad de los participantes (47%) quiere saber si contraerá la enfermedad de Alzheimer. La mayoría (58%) quiere saber si tiene una predisposición genética a formas específicas de cáncer.

Por el contrario, solo aproximadamente una cuarta parte (27%) quiere saber el año de su probable muerte, el porcentaje más bajo para cualquiera de las preguntas que hice.

Al decidir si recibir información relacionada con la salud, muchas personas parecen enfocarse en una sola pregunta: si recibo malas noticias, ¿puedo hacer algo al respecto? Si tiene una predisposición genética a enfermedades cardíacas, podría hacer algo para mantenerse saludable, que es una buena razón para saberlo.

Por el contrario, si sabe que tendrá Alzheimer, no hay mucho que pueda hacer. Lo mismo ocurre cuando conoce su probable año de muerte.

A pesar de estos puntos, algunas personas sí quieren saber. Distintas personas compensan de manera diferente el dolor de recibir malas noticias y los beneficios potenciales de vivir la vida de otra forma a la luz de eso.

La encuesta también descubrió otros acertijos. El gobierno de Estados Unidos acaba de implementar una regulación que obliga a poner etiquetas de calorías en las cadenas de restaurantes. En encuestas representativas a nivel nacional, abrumadoras mayorías de estadounidenses están a favor de ese requisito federal.

Pero en mi encuesta, solo un 43% de las personas quiere la información para ellos personalmente, tal vez porque les hará disfrutar menos sus comidas, tal vez porque confían en su propio criterio sobre lo que es bueno y malo para ellos.

Casi tres quintos (58%) no tiene interés en saber cuánto más caliente estará el planeta el 2100.

Sorprendentemente, la mayoría de los participantes (53%) no quiere saber quién será el presidente de EE.UU. el 2022.

Increíblemente, solo el 54% quiere saber cómo estará la bolsa de valores el 1 de enero del 2020. Tal vez el resto piensa que esta información no les afectará mucho, y no se dan cuenta de lo valiosa que sería.

¿Le gustaría saber dónde vivirá en 10 años? A cerca de la mitad de los participantes no. Bien podrían pensar: ¿Por qué echar a perder la sorpresa?

¿Le gustaría saber si su cónyuge o pareja alguna vez lo engaña? Alrededor del 57% dijo que sí. Más sorprendente es que más de dos quintas partes de los participantes simplemente no quiere saber.

También en esta pregunta, la gente probablemente está haciendo una compensación. La mayoría podría pensar que si su pareja lo engaña, querrá terminar la relación, o arreglarla. La minoría podría estar pensando que el conocimiento significaría mucho dolor y poca o ninguna ganancia.

Esta es una encuesta preliminar, por supuesto, y solo da un vistazo a la superficie de algunas preguntas fundamentales. Pero dos puntos son claros. Primero, hay mucho desacuerdo. No se pudo encontrar consenso en ninguno de los temas que pregunté.

En segundo lugar, mucha gente piensa que más información puede ser una idea terrible, al menos cuando amenaza con eliminar los placeres de la casualidad y la sorpresa, o causar tristeza, miedo o angustia. Esta es una gran lección en particular para médicos y otros trabajadores de la salud, y para el resto de nosotros también.

Por Cass R. Sunstein

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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