¿Recuerdan cuando Matt Damon descubrió que podía cultivar papas en Marte hace un par de años? Está bien, fue una película, pero quién dice que no puede ser verdad. El proyecto está en marcha, a cargo de la , y se realiza en Perú.

Por supuesto que el método es bastante diferente. Lamento decepcionarlos, pero no es necesario usar restos fecales como fertilizante. En realidad, la mecánica es bastante tradicional. El problema reside en que Marte es, bueno, inhabitable.

Ese pequeño problema, sin embargo, tiene solución. Y el encargado para encontrarla es Julio Valdivia, PhD e investigador de la , quien conversó con Gestión.pe acerca de este nuevo desafío de la bioingeniería.

Como se imaginarán, el ser humano aún no ha llegado a Marte, así que no hay ningún agricultor en el planeta rojo. En la Tierra, la historia es diferente.

El primer paso es recrear la atmósfera marciana, y para ello se construyó en UTEC un prototipo similar al que tiene la en California, pero en lugar de gastar US$ 500,000 para levantarlo, se invirtió solo US$ 3,000.

El prototipo cumple con cuatro requisitos básicos: un ambiente lleno de dióxido de carbono (95%), temperatura muy baja (media de -20 grados centígrados), presión atmosférica y radiación.

El también coordinador de la nueva carrera de bioingeniería en UTEC, lamentó que no pueden alcanzar el quinto requisito: la gravedad. Pero este inconveniente no tiene solución actual en ningún lugar del planeta.

Resulta que en Marte la gravedad es un tercio que la terrestre. Y si bien se puede simular ambientes cercanos a la gravedad cero, por ahora no se puede alcanzar exactamente la tercera parte de nuestra gravedad.

El astrobiólogo aún tiene otro gran problema antes de cosechar las nuevas papas marcianas: el agua. La presión atmosférica en Marte no permite que el agua permanezca en estado líquido puro, por lo que pasa rápidamente de estar congelada a sublimarse.

No obstante, y con todos los obstáculos, Valdivia ha obtenido resultados. En la cabina más tóxica del mundo ha logrado cosechar un grupo de papas. Pequeñas, sí, casi cocktail, pero papas al fin y al cabo. Es un inicio, pero aún falta recorrer camino para conseguir el real objetivo: una papa de tamaño natural, made in Marte.