Redacción Gestión

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Expansión de EspañaRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

Microsoft y protagonizan una de las grandes batallas empresariales de todos los tiempos. Lo certifica el último ránking de las mayores rivalidades corporativas de la historia elaborado por la revista Fortune, que sitúa el grado de enfrentamiento entre ambas compañías por encima del de McDonald's y Burger King, del conflicto entre y Boeing, de la guerra entre y Mastercard, o de la de la Bolsa de Nueva York y el Nasdaq.

El trasfondo de la pugna se antoja evidente: se deriva de la carrera tecnológica que históricamente han librado las dos empresas. Hoy, el mercado está al rojo vivo con la dura competencia entre Apple, , Google, Amazon o , pero hubo un tiempo, allá por los años 70, en los que la firma de la manzana y el creador de Windows pelearon casi en solitario por el liderazgo en Estados Unidos.

Han pasado ya casi 40 años de aquello, pero aún quedan resquicios. Así lo muestra que Microsoft haya optado en su última (y polémica) campaña publicitaria en EE.UU. por enfrentar abiertamente las características de un Mac de Apple con su nueva Surface. Y lo refleja también que el titán de Redmond haya llegado a ofrecer hasta US$ 200 a todo aquel que quisiera cambiar su iPad por una de esas Surface, a la que le han surgido nuevos rivales con el lanzamiento de la última gama de tabletas de Apple.

La batalla empresarial…Pero la batalla que libran los titanes tecnológicos no queda ahí, pues se extiende a más ramas del tejido empresarial, según el estudio que acaba de realizar Ranker, una plataforma de gestión de información que ha llegado a conclusiones interesantes tras correlacionar más de 20 millones de datos.De acuerdo con sus resultados, un usuario no sólo se siente identificado con la marca del móvil o tableta que usa, sino que la afinidad va mucho más allá.

Así, a los fanáticos de Apple les suelen gustar marcas como Starbucks, Mercedes, BMW o GAP, pero no sienten mucho apego hacia Samsung. Mientras, los de Microsoft prefieren IBM, Yahoo! o eBay. En cambio, no suelen ser demasiado fans de Nike, según revela el estudio, que ha sido publicado por Business Insider y que contiene otros resultados curiosos.

Esas conclusiones no son en absoluto científicas, pero la popularidad de este estudio en los últimos días en Estados Unidos da buena muestra del enfrentamiento entre usuarios de ambas empresas.

Una rivalidad que no hace más que replicar a pequeña escala, y con muchas licencias, la polaridad entre Bill Gates, el fundador de Microsoft, y Steve Jobs, el creador de Apple, fallecido hace tres años. Dos líderes que mantuvieron una épica batalla.

  • .. y la guerra personal*Ambos compartieron una gran cosa: su intuición para saber hasta dónde llegaría el negocio tecnológico. Pero, al tiempo, tenían un carácter tan diferente como la noche y el día. Gates, un chico de clase media formado dos años en Harvard, tiene fama de analítico, pragmático y presume de grandes dotes para la programación. Mientras, Jobs, que creció en una familia de escasos recursos y apenas asistió seis meses a sus clases en una universidad de Oregón, era muy exigente, más carismático, perfeccionista y extremadamente hábil para convertir la tecnología en algo útil y atractivo para el usuario.

Éste podría haber sido el mayor punto de fricción entre ambos empresarios, de acuerdo a Walter Isaacson, autor de la biografía autorizada de Steve Jobs.

Según dice, Gates envidiaba el don del alma de Apple y, aunque criticaba que era «raro como un perro verde» y altivo, reconocía su instinto para saber qué producto triunfaría entre el público.

Mientras, las palabras de Jobs eran mucho más duras. «Gates es una persona sin imaginación que nunca ha inventado nada, se dedicó a copiar con todo descaro las ideas de los demás», dijo sobre el cofundador de Microsoft.

El mensaje tiene mucho que ver con el origen de la pelea entre ambos, que comenzó a finales de los años 70. Entonces, Jobs pidió a Gates que Microsoft creara una versión de Basic (un lenguaje de programación de software) para el Machintosh, que entones empezaba a diseñar.

A Gates le sedujo la idea e hizo varias visitas a Cupertino que, aparentemente, discurrían en armonía. Aunque los relatos que se conocieron más tarde en la obra de Isaacson acerca de las visiones de ambos poco tenían que ver con aquella impresión. «Steve actuaba como el flautista de Hamelín, proclamando cómo el Mac cambiaría al mundo y dando a la gente una sobrecarga de trabajo, con tensiones increíbles y complejas relaciones personales», llegó a acusar Gates.

Las palabras menos amables por parte del líder de Apple vendrían después, cuando Gates anunció Windows. Para Jobs era un «clon» del sistema que él planeaba lanzar previamente. «Yo confiaba en ti y nos estás robando», le dijo.

«Bueno, creo que hay más de una forma de verlo», contestó Gates, según Andy Hertzfeld, miembro del equipo de Macintosh presente en el rifirrafe.

Así se desató una etapa de largos años de reproches entre ambos genios, en la que hubo hasta demandas mutuas acusándose de copia y engaños sin que resultara un claro ganador. Todo ello con el telón de fondo de la pelea económica por convertirse en la primera tecnológica, en una batalla que hoy gana Apple con una cotización de unos US$ 585,000 millones, frente a los cerca de US$ 360,000 millones de Microsoft.

Supuesto finLa retirada de Gates en el año 2007 de la primera línea para ceder el testigo de Microsoft a Steve Ballmer supuso el comienzo del fin de la batalla de estos dos titanes, pues las relaciones se suavizaron e, incluso, Jobs dio su apoyo al nacimiento de Fundación Bill y Melinda Gates.

Cuatro años después, la muerte del patriarca de Apple en 2011 borró cualquier rivalidad, al menos ante los micrófonos. Especialmente cuando meses después de su desaparición, su viuda reveló que en sus últimas horas de vida el empresario leyó una carta que le había enviado Gates.

¿Qué decía la misiva?, le preguntaron entonces al fundador de Microsoft. «Que tenía que sentirse muy orgulloso por lo que hizo en su vida y por la compañía… Escribí sobre sus hijos, a los que conozco», comentó al respecto.

El magnate no olvida los tiempos de disputa, en los que «Jobs pasó mucho tiempo compitiendo conmigo, muchas veces me criticaba; si buscan los ejemplos más bruscos en la hemeroteca, tendrán una letanía», decía entonces. Sin embargo, cree que todo era sólo de cara a la galería y que, en el fondo, pesaba más ese amor por la tecnología que les unía que sus diferencias. «No estábamos en guerra», concluía en 2011. «Creábamos productos estupendos y la competencia siempre fue una cosa positiva… No había nada que perdonar». O, al menos, eso parecía.