Sarah Yearicks. (Foto: Difusión)
Sarah Yearicks. (Foto: Difusión)

(31) nació y se crio en Los Ángeles, California, pero lleva la sangre peruana en la sangre y se siente orgullosa, por ello promueve, a su modo, el quechua en su increíble trabajo en la NASA.

En la NASA, Sarah trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) y forma parte de la división de adquisición y manejo de muestras planetarias. Así narra lo que hace a la agencia :

“Mi trabajo es manejar la fabricación y entrega de materiales que simulan las rocas, la arena y los hielos con diferentes composiciones minerales que se encuentran en superficies como la de Marte. Luego se le entregan estos materiales a los ingenieros, y ellos crean instrumentos que se integran a los rovers, como taladros, sacatestigos, palas y otros mecanismos para tomar muestras en Marte”.

Estudió en Bioquímica en el Mount Saint Mary’s University en Brentwood California, en el penúltimo año de la carrera postuló a una pasantía e ingresó a trabajar en el grupo de protección planetaria, que se encarga de tener bajo los niveles de contaminación biológica en los rovers. Ese fue su inicio en la NASA.

De ascendencia peruana y mexicana, el amor de Sarah por el Perú y el quechua nace de sus viajes de pequeña al pueblo de su abuelo materno en Carhuachuna, Áncash.

“Cuando era pequeña, yo viajaba al pueblo de mi abuelo, escuchaba cuando hablaban quechua y no sabía cómo comunicarme con ellos. Desde ese momento quise aprender, y ahora lo estoy haciendo aunque se ría mi abuelo de cómo hablo, siempre me pregunta por qué quieres aprender quechua”, comenta.

Para aprender, Sarah lleva clases clases virtuales de la Oficina Descentralizada de Áncash y, aunque no ha sido fácil, dice que es un desafío y que siente orgullo por llevar este idioma a la NASA.

“Trato de inyectar mis conocimientos con mi grupo de trabajo. Muchos saben que la comida peruana es riquísima pero no saben que se habla quechua en Perú, por ejemplo, aquí todos hablan de la quinua porque es un producto saludable, pero no saben que esa es una palabra quechua. Por eso, trato de compartir todo lo que estoy aprendiendo”, explica la ingeniera a la agencia Andina.

Expresa que le gustaría que más personas hablen quechua. Por lo pronto espera regresar a Áncash, hablar en quechua y animar a los jóvenes a que postulen a la NASA, que con esfuerzo se puede lograr.

A modo de recomendación, le dice a los jóvenes que si desean seguir el camino de las ciencias que tomen clases de física, química o astronomía en inglés, que aprendan los términos científicos en inglés y postulen a las pasantías que ofrece la NASA, que son mayormente en el verano de los Estados Unidos.

TAGS RELACIONADOS