Ir al médico sin salir de casa: la tecnología china acerca la sanidad
Ir al médico sin salir de casa: la tecnología china acerca la sanidad

¿Quiero hablar con un especialista pero vivo en un pueblo o una ciudad muy alejada de los grandes sanatorios? Los hospitales en línea de China permiten consultar al médico sin salir de casa o pedir consejo a grandes expertos desde el ambulatorio local.

Además, en tiempos de como los actuales, son una buena alternativa para aliviar la sobrecarga de los hospitales tradicionales y reducir los riesgos de infecciones en los centros sanitarios.

Longmaster, una compañía tecnológica de la ciudad de Guiyang, en el sur de China, es una de las pioneras en el desarrollo de los centros de salud en línea y de la medicina electrónica en el gigante asiático, cuya inmensa población complica el acceso de todos sus habitantes a los mejores profesionales sanitarios.

La empresa, que en el 2012 salió a bolsa en Shenzhen, cuenta con un hospital en línea “” -el más grande del país- además de un hospital presencial -el número 6 de Guiyang- y otro en internet para enfermedades crónicas de la provincia de Guizhou, junto a tres plataformas de conexión con los usuarios.

A través de ellos ofrece consultas, diagnóstico virtual o chequeos de salud y pone en contacto también virtualmente a prestigiosos especialistas de grandes hospitales de ciudades como Pekín, Shanghái o Cantón para que asesoren a los médicos de los centros de atención primaria.

Dos mil especialistas conectados

“Tenemos más de 2,000 grandes expertos que trabajan con cerca de 1,000 hospitales de nivel básico y les ayudan a diagnosticar los casos graves y difíciles”, explica Huang Yan, portavoz de la compañía en la sede central de Longmaster en Guiyang.

De esta forma se reduce la espera y los costes de desplazamiento de los pacientes de atención primaria, que pagan por suscribirse a este servicio 30 yuanes mensuales (3.60 euros) y otros 500 yuanes (61.20 euros) por cada consulta con un especialista.

En el hospital en línea, los pacientes solo tienen que pagar 39 yuanes (4.70 euros) para realizar una consulta por escrito a cinco médicos. Si en el plazo de una hora no se reciben respuesta, se les devuelve el dinero.

Otra opción permite elegir médico por un precio de entre 40 y 80 yuanes (de 4.80 a 9.70 euros), dependiendo de la categoría del facultativo, y un plazo de 24 horas para recibir la respuesta.

Además de este hospital, la empresa dispone de una plataforma de consultas médicas a través del televisor doméstico o la pantalla del móvil.

Sin necesidad de cita previa, se selecciona en el menú un médico de la especialidad elegida y la pantalla muestra si está en línea o no tras lo que se pincha en su nombre y aparece en imagen.

Abonarse a este servicio cuesta 29 yuanes (3.50 euros) al mes, aunque también se puede pagar solo una consulta por 10 yuanes (1.20 euros).

El médico diagnostica, puede recetar algún tratamiento y, si lo considera necesario, recomendar al paciente que visite personalmente el centro de salud más cercano para realizar pruebas o análisis más en profundidad.

Durante los meses álgidos del coronavirus en China, se realizaron más de 100,000 consultas gratuitas a través de esta plataforma y el hospital en línea, según Huang.

La empresa también distribuye unos utensilios para realizar pruebas sencillas, desde test de azúcar en sangre a niveles de colesterol, que el paciente se puede hacer en casa para luego introducir los resultados a través de un chip en su teléfono móvil o en otro dispositivo que transfiera la información al hospital.

Estuches con hasta 20 tipos de pruebas en casa

Uno de los periodistas que visitaban la sede de Longmaster se realizó in situ un test de azúcar en sangre que mostró un nivel de 10.38 mmol/L (milimoles por litro) de glucosa, lo que la doctora en la pantalla consideró un “síntoma claro” de diabetes, ante la sorpresa del reportero.

Enseguida le recomendó virtualmente controlar la dieta, hacer ejercicio, emprender un tratamiento médico y farmacológico y observar de forma constante los niveles de azúcar.

Los equipos para hacer las pruebas -que incluyen 20 diferentes tipos de test y el chip-, cuestan 200 yuanes (27 euros).

Huang explica que exportan estos estuches, producidos a medida, a varios países miembros de la iniciativa china de la Franja y la Ruta como Turquía, Argelia o Egipto, o les transfieren la tecnología necesaria para fabricarlos localmente.

El hospital en línea “” tiene 400 millones de clientes en todo el país mientras que la plataforma de conexión por vídeo dispone de 116 millones de usuarios.

Además de los 2,000 especialistas basados en Pekín, Shanghái y Cantón, que se pueden conectar a requerimiento, el servicio de vídeo dispone de cerca de un centenar de médicos generalistas, que trabajan en tres turnos de ocho horas las 24 horas del día.

La media diaria de consultas es de entre 100 y 200, aunque durante los meses más duros de la pandemia fue tres veces mayor para el servicio de vídeo, según la compañía.

La consulta con un especialista en enfermedades graves o difíciles de los mejores hospitales de China cuesta un extra de entre 500 (61 euros) y 5,000 yuanes (601 euros), dependiendo de la gravedad y la complicación de la dolencia, entre las que se trata también el cáncer.

Pacientes más relajados

China tiene mucha población y es muy difícil para la gente poder acceder a una cita para enfermedades graves pero con esta plataforma puedes acceder muy rápido desde el lugar más remoto del país”, destaca la portavoz.

Los ingresos de la compañía, además de los clientes particulares, llegan de los 792 centros de atención primaria asociados en todo el país, que pagan -con el visto bueno del respectivo Gobierno local- para acceder al intercambio de sus médicos con los especialistas.

Los pacientes en el ambulatorio pueden participar en la consulta al experto, junto a su médico de cabecera, por medio de una tableta electrónica o un dispositivo similar. A partir de ese momento, los expertos se hacen responsables del paciente y su tratamiento.

“Nuestra misión es permitir a los pacientes con enfermedades graves no tener que ir a otros sitios y poder consultar desde su ambulatorio o desde casa”, recalca Huang.

Aunque también precisa que, si se trata de una enfermedad grave, la primera consulta no debe hacerse en línea, pero a partir de la segunda ya puede serlo, aunque se debe acudir al hospital para pruebas mayores como radiografías o escáneres.

Una de las decenas de doctoras y doctores que se sientan frente al ordenador en la sede de Longmaster, Sui Sueiye, explica que pasa consulta a una media de 70 u 80 pacientes cada día, de unos cinco minutos de duración, aunque a determinados enfermos les dedica más tiempo.

“Los pacientes están más estresados cuando van en persona al hospital. A los chinos el doctor les infunde mucho respeto por lo que están más relajados con la comunicación en línea”, afirma esta médico de cabecera.

Sui atiende ocho horas al día toda clase de enfermedades, desde ginecología a pediatría, y si algún paciente precisa ver a un médico cara a cara les concierta una cita en el hospital.

Otras compañías disponen también de hospitales en línea en China, como Oasis International, que proporciona servicios de alta gama, también en inglés para los residentes extranjeros.

Por una cuota de 798 yuanes al año (98 euros), esta empresa ofrece consultas médicas sin limitación de número de entre 20 y 30 minutos de duración por videollamada a través de una aplicación en el teléfono móvil las 24 horas del día, siete días a la semana.