(Foto: USI)
(Foto: USI)

Quizá el efecto que surten las canciones escritas por varios compositores tenga más alcance que el que se pueda obtener con una sola pluma. Al menos, como escribió alguna vez el cantante David Byrne, las colaboraciones pueden dar como resultado “sentimientos más universales”. Pero qué ocurriría si el compositor – colaborador no es humano.

Según la revista Wired, cada vez más productores reclutan sistemas de inteligencia artificial (IA), dejando la intuición de lado para decantarse por la exactitud de datos capaces de estimar patrones de comportamiento y predecir intereses.

Masterización

Durante décadas los artistas han podido grabar, sonorizar, mezclar y reproducir música desde sus hogares, la masterización había sido altamente privativa: una labor para ingenieros de sonido en estudios muy caros. Landr, sin embargo, según Vice, automatiza el proceso de masterización de audio en minutos.

Su software que emplea un algoritmo que emula al oído humano compara pistas casi terminadas con una base de datos de 7 millones de sencillos masterizados y modifica cada canción según ajustes previos adaptándolas a los gustos del usuario. El resultado: un sonido unificado.

Beats por Watson

La personalidad de YouTube, Taryn Southern, produjo su álbum debut, I AM AI, de mano de Watson Beat, el brazo musical de Watson de IBM que aprovecha la IA para convertir los datos en expresión creativa. Se trata de un software que entiende cómo hacer música con base en dos filtros: emoción y estilo.

Este sistema entiende la composición completa de un archivo de música (la melodía, el coro y las signaturas de tiempo) y en función a su tecnología de aprendizaje automático toma aquellos inputs y los reorganiza, ofreciendo una nueva forma de ver los mismos acordes, según T3.

¿Al estilo Mozart?

Aiva es una plataforma de aprendizaje profundo que fue entrenada con 30,000 producciones de compositores clásicos como Bach, Beethoven y Mozart para que, con los principios de la teoría musical, haga predicciones y genere modelos musicales. Su función es reconfigurar esos modelos en una pieza original y organizar nuevas partituras.

Hoy Aiva, también capaz de reconocer estilos y emociones asociadas a las producciones, es una de las startups más reconocidas en el terreno de la composición musical vía algoritmos e incluso es el primer sistema de IA reconocido oficialmente como compositor por la sociedad de derechos de autor de Francia y Luxemburgo. Según Infobae, puede registrar su música a su nombre.

Creaciones récord

Jukedeck fue desarrollado inicialmente para componer pistas de fondo para videos generados por usuarios; ahora está siendo adoptado por estrellas del K-pop. Y es que ahora predice secuencias de notas para componer nuevas canciones.

Una vez que el usuario selecciona parámetros como estado de ánimo, género, tempo, instrumentos y longitud de pista, este sistema prepara piezas que los artistas pueden embellecer. Cada quien tiene la capacidad de personalizar la manera en que quiere consumir lo que el programa produce.

Por lo pronto, Jukedeck ya se ha utilizado para componer más de un millón de canciones que han proporcionado bandas sonoras para anuncios, etcétera.

Alta calidad

Flow Machines, proyecto de Sony Computer Science Laboratories que recibe fondos de European Research Council, ha desarrollado un programa que puede componer música atractiva y de calidad profesional.

El software –compuesto por algoritmos complejos al que se le ha dado 15,000 canciones para analizar– calcula la probabilidad de progresiones de acordes, secuencias melódicas y ritmos, y las usa para generar variaciones nuevas y eventualmente exitosas.

Aun así, según Seeker, requiere intervención de expertos de carne y hueso.El sistema produjo la primera canción pop bajo la estructura de IA: “Daddy’s car”.