(Bloomberg).- Cuatro de los mejores jugadores profesionales de póker del mundo pasaron la mayor parte del mes de enero encerrados en el Casino Rivers en Pittsburgh, perdiendo.

Se presentaban antes de las 11:00 vestidos con ropa y calzado deportivos elegantes, y se sentaban frente a pantallas de computadora. Cada uno debía jugar 1,500 partidas de Texas Hold'Em sin límite online antes de regresar al hotel por la noche.

Esto significó muchas veces trabajar más allá de las 22:00 horas. A lo largo del día, se acumulaban junto a los teclados de los jugadores vasos de Starbucks y botellas de agua. A sus pies quedaban las bolsas de Chipotle.

Cada vez que uno de los jugadores hacía una movida, la acción se transmitía a un servidor informático a 8 kilómetros (5 millas) de distancia, en la Universidad Carnegie Mellon. Desde allí, una señal recorría otros 19 kilómetros (12 millas) hasta su contrincante, un software llamado Libratus que funciona en el Pittsburgh Supercomputing Center en Monroeville, un suburbio cercano.

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[Rivers Casino. Foto: Bloomberg Businessweek]

Libratus jugaba ocho manos a la vez, dos contra cada adversario. Se movía a un ritmo deliberado, con suficiente lentitud como para enfurecer un poco a Jason Les, uno de los oponentes humanos. "Alarga los días", dijo Les, un hombre serio, de aspecto atlético, que una tarde de la semana pasada parecía ansioso por tomarse unos minutos libres. "Esperar no me afectaría en absoluto, pero a veces, uno piensa, '¿esto terminará de una vez?'"

Libratus, obviamente, nunca necesita un descanso. También se diferencia de los jugadores humanos en otras cosas. Las personas tienden a pensar más tiempo cuando hay dinero en juego.

La computadora juega con una lentitud mayor cuando los pozos son pequeños en razón de que debe recorrer todas las posibilidades adicionales que derivan de tener más fichas restantes en la mano. Libratus también tiende a hacer grandes apuestas repentinas, lo cual viola las convenciones normales de apuestas, arrojando su dinero al pozo en cantidades irregulares y a intervalos desiguales.

Viniendo de un jugador humano, un comportamiento como ése resultaría irritante, temerario y, a largo plazo, costoso. Pero el principal atributo de Libratus como jugador de póker es que es inhumanamente bueno. Cuando el torneo de 20 días en Rivers llegó a su fin este lunes, los humanos habían perdido US$ 1.8 millones. (En realidad, no tuvieron que poner el efectivo; el dinero sirve para llevar el puntaje en el póker).

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[Juego contra Libratus. Foto: Bloomberg Businessweek]

Tuomas Sandholm y Noam Brown, los especialistas en informática de Carnegie Mellon que crearon Libratus, celebraron la victoria como la primera vez que una computadora derrota a jugadores de póker de primer nivel en una variante ilimitada del Texas hold'em, el juego de póker más famoso del mundo.

Los expertos en inteligencia artificial siempre utilizaron los juegos como una forma de desarrollar y poner a prueba sus creaciones. Las computadoras han superado a los mejores jugadores humanos en ajedrez, damas, backgammon, y Go.

El póker constituye un desafío distinto en razón del elemento azar y porque los jugadores no saben qué cartas tienen sus oponentes. Los juegos llamados de información imperfecta requieren el tipo de inteligencia humana como engañar a nuestro contrincante y percibir cuándo nos está engañando, que las computadoras no tienen.