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Los economistas, los políticos y los dirigentes de empresa cantan loas a las computadoras, la y los robots. ¿Pero estos realmente están revolucionando la economía?

Hasta ahora no parece haber muchas pruebas de ello, según Roger Josefsson, economista de la firma sueca de datos Macrobond. Es “la paradoja moderna de la ”, escribió hace poco en su blog.

La falta de crecimiento de la productividad en los últimos 10 a 15 años ha sido un tema de discusión candente. El crecimiento de la inversión se ha concentrado con fuerza en unas pocas áreas, mientras que la –motor clave de las ganancias y los salarios- no ha aumentado demasiado. 

Como expresa uno de los fundadores de la teoría del crecimiento, Robert Solow: “Uno puede ver la era de las computadoras por todas partes salvo en las estadísticas de productividad”.

Josefsson pregunta: ¿no deberían estar aumentando al menos las inversiones en las tecnologías o el personal de los sectores pertinentes?

Hurgando en la Base de Datos de la Economía Total de The Conference Board y la base de datos KLEMS de la Unión Europea, Josefsson encontró varias paradojas.

Por ejemplo, la cantidad de industriales aumenta rápidamente pero las estadísticas de remesas, un buen indicador de las inversiones, muestran sólo mejoras menores. El aporte de la mano de obra al crecimiento de la producción también es más o menos el mismo que antes de la crisis financiera.

Otro motivo de preocupación es que el aporte de los activos de Tecnología de la Información y la Comunicación al crecimiento del PIB y –lo que es peor— a la productividad total de los factores (es decir, la originada por la innovación) se está quedando atrás.

“Para ser sincero, la mayoría de las mejoras en el crecimiento del valor agregado parecen ser puramente cíclicas”, señaló.

No obstante, Josefsson halló ciertos motivos para ser optimista. Los sectores que podrían beneficiarse con los robots, la IA, el aprendizaje automático y otras tecnologías “de moda” son el mayorista, el comercio minorista y los servicios recreativos. Allí, la productividad total de los factores en realidad se está desarrollando bastante bien.

Pero se trata de excepciones en un conjunto de números por lo demás muy deprimentes.

“Por eso, la próxima vez que oigan a los economistas hablar del aumento de la productividad que van a proporcionarnos los robots, pídanles que les muestren las estadísticas. Y después llámenme, porque yo también quiero saber”, dijo Josefsson en un video publicado por EFN.se, sitio web sueco de noticias económicas.