protección de datos
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Si de verdad la es algo del pasado, entonces las personas deberían al menos sacar provecho de sus propios datos.

Ése es la opinión de la activista por los derechos de datos personales Brittany Kaiser, quien ha testificado este año cómo su exempleador gestionó de forma inapropiada la información de millones de usuarios de Facebook.

Es una postura compartida cada vez más por usuarios de internet alrededor del mundo, quienes están cayendo en cuenta que los imperios de y están construidos sobre la información que aceptaron entregar sin compensación alguna.

La pregunta es cómo aplicarlo. Facebook, por ejemplo, podría distribuir monedas digitales a sus 2,200 millones de usuarios a cambio de información privada, utilizada por anunciantes en la red social cada día, sugiere Kaiser.

“La privacidad no existe en una era de crisis post-Facebook”, dijo Kaiser en la cumbre Bloomberg Sooner Than You Think en Singapur. “Los activos digitales que uno produce a diario son su propio valor como humano. Uno debería poder gestionar su propiedad y compartir los resultados de su monetización”.

Desde una perspectiva personal, la verdadera significa tener toda la información de uno -desde tendencia política, preferencia de productos y registros médicos- en un solo lugar, para que la gente decida quién tiene acceso y según qué términos. Esto podría significar varias cosas como venderlos o entregar uso limitado a cambio de servicios gratuitos (como Facebook), hasta mantenerlos completamente privados.

Pero la privacidad no es posible es una era de crisis post-Facebook, afirmó Kaiser. Sin embargo, los consumidores deberían evitar el pánico, o la idea de que ninguna información está a salvo. Como ejemplo, Kaiser mencionó la que entró en vigor en mayo en la Unión Europea, y se enfoca en proteger la información de las personas.

Las empresas ahora se enfrentan a medidas más estrictas y fuertes multas por la mala gestión de los datos. Esto está impulsando a Estados Unidos a aplicar una regulación más estricta, afirmó.

Finalmente, todo se reduce a tener control sobre tus posesiones más preciadas.

“Es igual que con Airbnb, si alguien va a usar los activos físicos de uno, primero hay que acordar un precio y las condiciones de uso antes de entregarle las llaves de casa”, afirmó Kaiser. “¿Por qué no se puede hacer lo mismo con los datos?”.