Kotaro Chiba
Kotaro Chiba

En un encuentro reciente del Gobierno japonés sobre , la única persona vestida con un kimono era Kotaro Chiba, un exejecutivo de videojuegos online devenido financista de algo muy particular.

Resulta que Chiba, de 44 años, que usa su kimono en ocasiones especiales para demostrar su orgullo por la cultura japonesa, está recaudando dinero para lo que llama el Fondo de Drones. Este invierte en vehículos no tripulados para inspeccionar edificios, realizar entregas y tomar fotos aéreas para oficinas de turismo, patinetas y un avión de carga sin piloto que busca viajar desde Japón hasta Silicon Valley sin escalas.

Chiba marcha a la vanguardia de una industria que está a pocos años de transformar nuestras vidas. Dentro de cinco a 10 años, los cielos podrían estar llenos de drones que repartan bienes, según McKinsey & Co. En unos 10 a 15 años, uno podría ir a trabajar en un taxi volador, afirma la consultora.

“Es como una fiebre del oro en el aire”, dijo Chiba en entrevista desde su oficina en el centro de Tokio. Y “los que lleguen primero cosecharán los mejores resultados”.

Inversiones
El fondo de Chiba forma parte de la campaña de Japón para recuperar su ventaja tecnológica con los drones tras quedarse rezagado en otras áreas, como el transporte particular, la conducción autónoma y los autos conectados. Pero Japón tendrá que esforzarse para alcanzar a otros mercados como Estados Unidos y China en lo que respecta a la industria de drones comerciales.

Chiba abrió su primer Fondo de Drones, que era pequeño y tuvo un exceso de suscripciones, en el 2017. Invirtió 150 millones de yenes (US$ 1.3 millones) de su bolsillo. Actualmente, está recaudando hasta 5,000 millones de yenes para el segundo, que apunta a cerrar a fin de año. Ya consiguió fondos de Mizuho Bank Ltd., KDDI Corp. y la estrella del fútbol japonés e inversor angelical Keisuke Honda.

Cuando cierre ese fondo, Chiba planea juntar hasta 50,000 millones de yenes con un tercero para el 2020.

El Gobierno japonés, que ya aportó algo de financiamiento a los fondos, está tratando de crear las leyes y la infraestructura necesaria para poner en los cielos en la próxima década. En agosto, formó un grupo con ese objetivo, que incluye a grandes nombres como Uber Technologies Inc. y Boeing Co. El Gobierno ve todo tipo de usos para la tecnología de drones, desde el turismo hasta el envío de suministros a islas remotas o áreas montañosas cuando ocurren desastres.

Chiba anticipa que “innumerables” empresas de drones comiencen a cotizar en bolsa en los próximos cinco a 10 años. Los principales operadores, dice, serán tan grandes como lo son hoy las automotrices. Y eso puede aumentar el retorno sobre su inversión. Pero ese no es su principal objetivo, dice.

“En vez de ser un inversor financiero, me estoy posicionando como director de un equipo japonés de drones”, dijo. “La meta es ayudar a Japón a construir una sociedad posibilitada por la movilidad aérea”.