La industria de los videojuegos es un creciente negocio que mueve alrededor de US$ 61,000 millones anuales en el mundo pero esta popularidad también ha traído consigo el interés de los cibercriminales que llevan sus largos tentáculos a cualquier lugar donde el dinero abunde.

Según el diario El Mercurio, la más reciente amenaza para los gamers se llama Steam Stealer, un código malicioso que afecta a la plataforma Steam, una especie de Netflix de los videojuegos, donde los jugadores compran juegos para disfrutarlos en cualquier computador.

En esa plataforma también se compran ítems que dan más poderes en el juego. Por ejemplo, hay cuchillos que valen US$ 400 o un rifle para Call of Duty que cuesta US$ 1,200.

"Es una locura ver cómo pueden pagar tanto por cosas virtuales, pero tenerlos le da estatus al gamer dentro de la comunidad", dice Santiago Pontiroli, analista de seguridad de Kaspersky Lab.

Steam tiene 140 millones de usuarios en el mundo, mientras que Steam Stealer se propaga a través de programas fraudulentos que simulan ser chats para comunicarse con otros o a través de sitios que simulan ser lo que no son ( phishing ).

Los hackers roban las cuentas de las víctimas con todos los juegos que esta tiene. Pero lo más valioso son los productos que ha ganado después de jugar años o al comprarlos invirtiendo mucho dinero.

Según Pontiroli, hay una cadena del crimen muy organizada y efectiva, donde en promedio se venden las cuentas robadas en US$ 15 y en grandes lotes.

"Otro grupo las compra al por mayor y vende separadamente los juegos y los ítems valiosos. Todos sacan su tajada", manifestó.

Inclusive el nivel de organización es tal que se venden kits de hackeo por US$ 35 y que permiten que un delincuente sin conocimientos de informática capture cuentas de Steam para venderlas en los foros de hackers .

Steam reconoció que 77,000 cuentas son hackeadas cada mes y de ahí ideó una serie de medidas para que esto no siga sucediendo, y una de ellas es la autenticación de dos vías que, además de pedir el password , envía un código al celular cuando uno quiere comprar o vender algo.

Pero estas no son las únicas amenazas con las que se enfrentan los videojugadores. Este año el fenómeno de Pokémon Go atrajo a millones de usuarios y los ciberdelincuentes vieron ahí una mina de oro.

"Uno de las últimos engaños es un programa para computador que promete darle al usuario pokemonedas. Esto infectaba con un ransomware , un código malicioso que encripta los datos del usuario dejándolos inaccesibles para que los hackers cobren un rescate por desencriptarlos", aclara Pontiroli.

Según el especialista, el gran problema es que los jugadores "quieren lograr en pocas horas lo que normalmente te tomaría meses o años, y por eso descargan programas que les ofrecen hacer trampa u obtener ítems gratis. Ahí es donde se infectan y les roban datos".