vehiculos electricos
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Umer Anwer se detiene en la calle cerca de la sala de exhibición de en Brooklyn y toma su teléfono. Está buscando un lugar para cargar su y los enchufes de carga de Tesla no funcionan en el Nissan Leaf que conduce. De hecho, preferiría no tener que molestarse con ningún enchufe.

Hevo Inc., la startup de carga inalámbrica donde Anwer es director de tecnología, busca remecer la floreciente industria que está construyendo una infraestructura global para proporcionar energía a los automóviles eléctricos a través de enchufes públicos.

A fines del 2017, había alrededor de 582,000 puntos de recarga públicos en todo el mundo, según un informe reciente de Bloomberg NEF, y se pronostica que la cifra crecerá casi un 30% este año.

Prácticamente todos esos lugares de carga utilizan enchufes. Anwer finalmente maniobra su vehículo eléctrico sobre un dispositivo que se parece a un panel de plástico blanco, luego presiona un botón en una aplicación de su teléfono inteligente.

Después de entrar en el estacionamiento, puntos azules destellan debajo del parabrisas para indicar que la energía está fluyendo hacia la batería. Hay alrededor de seis pulgadas (15 cm) de espacio entre el cargador y el automóvil, que ha sido modificadopara recibir energía a través de un campo electromagnético.

Esto podría representar el futuro para la carga de automóviles. Entradas de autos suburbanas, espacios públicos, estacionamientos y paradas de descanso interestatales podrían ser equipados con puertos inalámbricos para atender a las decenas de millones de autos eléctricos que se espera estén en las carreteras en las próximas dos décadas.

La carga inalámbrica, si gana adeptos, puede proporcionar una solución para uno de los principales problemas de los vehículos eléctricos: ¿Cómo pueden las ciudades albergar la infraestructura necesaria sin llenar las calles con postes y cables? En ciudades como Nueva York, Londres y Hong Kong, donde el estacionamiento es escaso, es difícil imaginar dónde hay espacio extra que pueda estacionarse los autos mientras se recargan.

Hevo ha recaudado US$ 4.5 millones hasta la fecha en un intento por resolver ese problema, con los fondos repartidos de manera igualitaria entre capital de riesgo y subsidios del gobierno. Después de concluir 10 proyectos piloto en cuatro países y cuatro estados de Estados Unidos, la startup de siete años de antigüedad ahora está pasando a la fabricación. La compañía se instaló en una fábrica en Nueva York, donde planea lanzar pronto sus primeros 25 cargadores inalámbricos.

El fundador de Hevo, Jeremy McCool, un ex capitán del ejército de EE.UU., pasó 14 meses en Iraq presenciando las consecuencias de la geopolítica de la energía antes de ingresar a la Universidad de Columbia para estudiar desarrollo sostenible. Hevo surgió de un proyecto universitario.

"Inicié la compañía sin un equipo, sin tecnología y US$ 800", dijo McCool en una entrevista. "Probablemente la peor y más ingenua forma de comenzar una empresa, por supuesto".

La compañía planea fabricar miles de dispositivos en los próximos 18 meses, el volumen necesario para cumplir con los contratos de suministro que ha firmado con fabricantes de automóviles y servicios públicos. McCool declinó identificar a sus clientes, aduciendo acuerdos de confidencialidad.

Se proyecta que los vehículos eléctricos experimentarán un crecimiento explosivoen los próximos años. La Agencia Internacional de Energía estima que el número de autos eléctricos e híbridos que circularán en las carreteras se triplicará a 13 millones hacia el final de la década.

Más de un cuarto de todos los autos nuevos que se vendan anualmente serán eléctricos para el 2030, según las proyecciones de BNEF, cuando los autos eléctricos llegarán a 30 millones a nivel mundial.