(Bloomberg).- Como ingeniero principal de la tecnología Smart-Home de Apple Inc., Andrew Burks pasó mucho tiempo con empresarios que trabajaban en termostatos, luces y otros productos que pueden ser controlados a través de teléfonos inteligentes.

Un día visitó Otto, una empresa de San Francisco que estaba construyendo una cerradura digital. Burks se sorprendió con lo que vio y no había pasado mucho tiempo cuando se había unido al equipo de Otto, que en un momento estaba compuesto principalmente por exempleados de Apple.

"Me encanta Apple, y fue una decisión muy difícil para mí partir", dice Burks. "Esta fue una oportunidad que no quería perder".

Dos años más tarde, Otto está listo para desvelar su cerradura digital, que lleva el mismo nombre de la compañía. El dispositivo tiene la mitad del tamaño de los de la competencia, está disponible en negro, dorado y plateado, tiene bordes perfectamente achaflanados y se puede desbloquear con un iPhone mediante una conexión Bluetooth segura.

De hecho, extrañamente se ve como algo que Apple podría haber imaginado. La cerradura Otto también tiene un precio estilo Apple: US$ 700, más de tres veces lo que uno normalmente paga por un dispositivo de ese tipo.

Otto (que no debe confundirse con la compañía de vehículos autónomos que adquirió Uber) es una de varias startups que buscan ganar ventaja sobre jugadores tan consagrados como Schlage y Honeywell, que ahora venden versiones digitales de sus populares cerraduras.

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[Prototipos de cerraduras inteligentes.]

Aunque es un lujo para la mayoría de la gente, se espera que las cerraduras digitales sean cada vez más populares a medida que empresas como Apple, Amazon, Google y Samsung destinan recursos en la tecnología que permitirá a la gente controlar sus hogares a distancia.

Desde hace varios años, los teléfonos inteligentes han sido la interfaz principal, pero los altavoces activados por voz, como Echo de Amazon y Google Home, cada vez más son considerados un centro natural para el hogar inteligente.

El equipo de Otto decidió reinventar la cerradura entera porque pensaron que podrían mejorar la seguridad y la privacidad, así como también el diseño de un dispositivo que ha cambiado notablemente poco en cientos de años.

Normalmente, las cerraduras digitales dependen de un concentrador central para funcionar ---un puente que conecta aparatos, luces y más a un teléfono o computadora. También suelen incluir una llave pasada de moda en caso de que la tecnología falle. Algunos usan la triangulación basada en la ubicación para saber cuándo alguien está en casa para desbloquear la puerta.

La cerradura Otto no tiene llave, trabaja directamente con un teléfono inteligente y utiliza Bluetooth para averiguar cuándo un residente necesita entrar. Emulando el enfoque implacable de Apple en la seguridad, los diseñadores agregaron cifrado para mantener a raya a los intrusos.

Por cierto, en el caso de que los propietarios se olviden de su teléfono o esté fuera de su alcance, pueden girar la cerradura como una perilla e ingresar un código de cuatro dígitos. (La cerradura actualmente no funciona con la tecnología smart-home de Apple, Amazon, Samsung y otras compañías de tecnología; eso vendrá más tarde).

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[Prueba de prototipo de cerradura.]

"Su teléfono es la llave", dice Burks. "Caminas hacia la puerta, sabe que estás allí, presionas el botón en el exterior y entras".

¿La cerradura se venderá y hará rico al equipo de Otto? Esfuerzos anteriores de exempleados de Apple no tuvieron mucho éxito. En 2014, varios iniciaron Pearl Automation y el año pasado debutó una bien diseñada cámara de US$ 500.

Las escasas ventas obligaron a la empresa a cerrar en junio. UpThere, un sistema operativo basado en la nube y una compañía de almacenamiento de archivos fundada por el exjefe de software de Apple Bertrand Serlet, aún no gana suficiente tracción.

Otto está mirando a Nest para obtener inspiración. Fundada por el exjefe de la división de iPod Tony Fadell y llena de antiguos empleados de Apple, el fabricante de cámaras y termostatos de seguridad fue adquirido por Alphabet Inc. en el 2014 por US$ 3,000 millones (aunque la agitación interna provocó la salida de Fadell el año pasado).

El principal obstáculo de la cerradura de Otto es el precio. Aquí, también, la compañía imita la filosofía de Apple. Otto no se propuso construir una cerradura de US$ 700, dice la directora de marketing, Wendy Harrington. Ese es simplemente el costo de construir una cerradura de esta calidad. Quizás sea así, pero por el mismo precio puede poner una mini-computadora en el bolsillo que hace mucho más que desbloquear su puerta. Se llama iPhone.