Gunter Pauli, autor e impulsor de la Economía Azul.

Cuando el economista belga Gunter Pauli definió por primera vez el concepto de Economía Azul en el 2008-2009, el mundo salía de la de un año antes, motivando un contexto donde se requería un posicionamiento mucho más competitivo y no tradicional de parte de empresas y países en el marco de la economía global.

“Sabíamos que teníamos que generar más valor agregado”, comentó Pauli durante una reciente entrevista en Lima, donde participó en el evento sobre inversiones y emprendimiento Xcala 2018, organizado por la Universidad del Pacífico.

Para el autor del libro Economía Azul, el periodo 2007-2009 estuvo muy enfocado en las pequeñas y medianas empresas y en sus emprendedores porque eran "ellos los que podían redefinir las reglas de juego y ser mucho más competitivos al cambiar más de una tecnología al mismo tiempo y combinarlas con un nuevo modelo de negocio".

“El marco geopolítico ha cambiado; mientras se esfuerza por ser el número uno y propone un tono agresivo hacia Canadá y México, ahora vemos que hay más empresas e incluso países de tamaño mediano que están muy dispuestos a adoptar una política muy innovadora”, dijo el también profesor universitario.

Tal es el caso de gobiernos como Argentina o Kazajstán que, si bien no están entre las más grandes economías del mundo, saben que son importantes productores de materias primas y están preparados para adoptar iniciativas más audaces para ser la octava o décima mayor economía global. “Al mismo tiempo, muchas empresas locales que aún no han sido compradas por multinacionales se dieron cuenta de que, si quieren mantener su independencia, necesitarán una estrategia diferente a la que usan los grandes del mercado”, agregó.

Caso peruano
¿Cómo podría el Perú definir una competitividad única? Para Pauli, considerado el ‘Steve Jobs de la sostenibilidad’, la clave está en “no ser el más barato para competir con los demás, porque eso no tendrá éxito, sino en ser el que genera una diversidad de nichos en un sector clave para el país, como la minería, lo cual permite tener un valor agregado mucho mayor”.

El economista de 62 años citó como ejemplo la extracción de oro, “una de las razones de la destrucción de bosques y de la propagación del mercurio. Pero si no tienes un modelo muy competitivo, ninguno de los mineros artesanales cambiará sus métodos de trabajo porque tienen un modelo existente que les permite sobrevivir. Y nadie va a pasar de la supervivencia a la pobreza absoluta cuando tienes un modelo que funciona, incluso si tiene un gran costo para la salud de las personas y la tierra”.

Según Pauli, lo que se deber hacer es cambiar el modelo de ingresos y ofrecer productos requeridos por el consumidor final, como la industria de equipos médicos, de telecomunicaciones, microelectrónica o sensores. “Estas no necesitan un bloque de oro, necesitan tener partículas de oro de diferentes tamaños y funcionalidades. Con un medidor de espectro, podemos identificar claramente las diversas purezas del oro para crear pequeñas bolsitas de partículas de oro de diferentes calidades que se venderán directamente a la industria de sensores, microelectrónica o industria médica”, explica.

¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que hoy en día por una onza de oro se obtiene entre 1,200 y 1,300 dólares, pero por estos productos que van directo a la industria se obtiene hasta US$ 8,000.

(Nuevas) energías renovables
Las energías renovables ya son una parte fundamental de la combinación de energía. Pero las nuevas energías renovables desplazarán a los combustibles fósiles y se complementarán "fuertemente" con la energía solar y eólica que tenemos hoy en día, prevé Pauli.

“Hoy tenemos una combinación de energías renovables que depende excesivamente de la disponibilidad del sol y el viento, creemos que se producirá un cambio importante y necesario porque, desde el punto de vista de la ingeniería, no se puede operar una red con viento que no sopla las 24 horas del día durante todo el año o un sol que no brilla todo el tiempo. Eso significa que existe un déficit inherente de suministro y, por lo tanto, tenemos que identificar los sectores de tecnologías de energía renovable que nos permitan tener un suministro de energía estable durante todo el año”, detalla el economista.

En su opinión, estas fuentes de energía no serán la eólica y solar, sino la energía generada por el hidrógeno y la tecnología de las cometas, “esa es una de las razones por las que operamos un bote que ha demostrado que es posible dar la vuelta al mundo solo usando agua de mar y energía solar para producir hidrógeno porque la densidad de energía que se puede obtener del hidrógeno es 6 veces mayor que la densidad que se puede obtener de las baterías de litio”.

Además, el hidrógeno presenta un “bello ejemplo de sostenibilidad pues el subproducto que crea es agua potable. Así que, en lugar de solo mirar una energía, estamos viendo la combinación de múltiples fuentes y beneficios: hacer hidrógeno nos permite tener también agua potable y propulsión”.

Consultado sobre las oportunidades de hacer negocios hoy en día, el economista Gunter Pauli compartió su pensamiento de rentabilidad y sostenibilidad para futuras startups peruanas. Vea el video que acompaña esta nota para escuchar sus consejos.