(Foto: Difusión)
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La información es el activo más valioso que tienen las personas. Sus datos sean altamente sensibles (credenciales bancarias, números de identificación, etc.) o aparentemente poco comprometedores (dirección de correo electrónico, estado civil) necesitan estar protegidos. Con lo cual la responsabilidad decae también en las empresas que los detentan.

De lo contrario, pueden convertirse en un problema o una amenaza, poner en riesgo la identidad e intimidad de personas; y resultar en una crisis reputacional. De acuerdo con , solamente en el primer trimestre de 2019, los secuestros de datos (ransomware) crecieron un 118% y se detectaron nuevas e innovadoras técnicas para los ataques.

Por su parte, de acuerdo al Reporte Anual de Cibercrimen realizado por Cybersecurity Ventures, el cibercrimen le costará al mundo US$6 mil millones anuales para 2021. Esto representa la mayor transferencia de riqueza económica en la historia y pone en riesgo los incentivos para la innovación y la inversión, explica Oracle en un comunicado reciente.

De igual modo, el reporte alarma que el cibercrimen será el negocio más rentable en el mundo; aún más que el comercio global combinado de las principales drogas ilegales.

Asimismo, la ciberseguridad en la era de la nube consiste en encontrar reforzar los sistemas que permitan penetrar en ella. La idea es conseguir una defensa a profundidad; es decir, de capas superpuestas que protejan desde múltiples ángulos de ataque.

Una mejor seguridad en la nube es crucial para cada negocio, independientemente de la industria o del tamaño. De hecho, según datos de Oracle para 2025, el 80% de los ataques de seguridad vendrán de una fuente interna.