Los incorporan ahora una tecnología de luces susceptibles a los fenómenos meteorológicos y que además mejoran la visibilidad de manera automática cuando empieza a llover.

Este sistema proyecta un haz de luz más corto y más ancho que ilumina mejor a ciclistas y peatones a los lados de la ruta. También reduce los destellos para los que vienen de frente.

Para los conductores más experimentados, las pueden ser un gran problema y terminan reduciendo la visibilidad de la autopista.

Esta tecnología, que forma parte del sistema de iluminación frontal adaptativa de , se activa a través de la actividad del limpiaparabrisas, de las condiciones de luz ambiental y de la velocidad de conducción.

"Muchos conductores han experimentado aguaceros, o una repentina que puede hacer que incluso ver las marcas viales se convierta en un reto", asegura Thorsten Warvel, Director de Iluminación de Europa.

El sistema de faros frontales adaptativos de ajusta el ángulo y la intensidad del haz de luz del faro para que este se ajuste al entorno de conducción, por ejemplo un haz más largo y recto que permita una mejor visibilidad en las autopistas, o dirigiendo la luz a la curva cuando se está girando.