Carlos Calderón, de UTEC, explica a Gestión.pe qué le hace falta a Lima para tomar la vanguardia.

Si buscáramos una respuesta sencilla sería lejos, lejísimos. Pero de la misma forma en que Perú se clasificó a un Mundial después de 36 años, la tarea de convertirse en una no es imposible (ver vídeo).

Para Carlos Calderón, director de Leading Digital de , el ejemplo a seguir no está muy lejos. De hecho son nuestros vecinos al norte. El país es Colombia, y la ciudad, Medellín.

"Medellín pasó de ser la ciudad más peligrosa del mundo a integrar el top 10 de smart cities en solo 25 años", recordó a Gestión.pe.

Ahora, ni Lima está tan mal ni se tiene que esperar un cuarto de siglo. Según el experto, ciñiéndonse al aspecto tecnológico, con una inversión de US$ 10 millones y en un par de años se podrían comenzar a ver resultados.

Con este monto se podría estructurar una estrategia de datos y un centro que los administre. Sin embargo, no basta con abrir la chequera si no está acompañado de un esfuerzo educativo.

Smart cities

Antes de brindar soluciones, es necesario plantear bien el problema. Una smart city no es un espacio con platillos voladores o rascacielos de colores, sino una ciudad organizada para resolver los problemas de las personas.

"Es una ciudad donde se utiliza la tecnología emergente en beneficio del ciudadano. Sí, se usa tecnología de punta, pero la clave está en los datos", explicó Calderón.

Regresando al ejemplo de Medellín, la pregunta del millón era cómo solucionar la crisis del tránsito. Pues resulta que una ciudad emite millones de datos a cada instante y si se recolectan y se arma una estrategia en base a ellos, los resultados pueden ser positivos.

"Ellos tienen un centro de control de tránsito, en donde se conectan a todas las fuentes de datos posibles de la ciudad, de diferentes tipos de instituciones públicas y privadas", añadió.

Es decir, recaban la información de cámaras, semáforos, líneas de emergencia, etc., y generan un diagnóstico. La respuesta fue que diversos incidentes (choques, llanta pinchada, averías, etc.) originaban la demora, y el tiempo de asistencia era demasiado lento.

En resumen, se reorganizó la ciudad y los puntos de atención para los ciudadanos. El resultado: tres horas semanales extra para las personas.

Centro de innovación

Las soluciones no caen del cielo. Se deben generar y para propiciar este despertar académico es necesario un espacio que permita desarrollar ideas.

El especialista considera menester la construcción de un Centro de innovación en Lima, conectado con todos los actores involucrados para que fluyan las ideas.

"Se deben destinar hectáreas para levantar edificios que tengan toda la tecnología, proveedores, académicos, científicos y más en el mismo espacio. Ahí se generan las soluciones", apuntó.

La otra necesidad limeña es una estrategia de datos. "La cantidad de información que esta ciudad produce en sectores público y privado, y a nivel de personas es enorme", describió.

Según el experto, darle forma, valor y analizar esta información ayudaría a mejorar la productividad y eficiencia de los servicios públicos.

Distancias

Perú está lejos de ser una smart city, pero el camino está trazado. Incluso nuestros distritos más "modernos" continúan exhibiendo un tráfico terrible, por decir lo menos.

"Miraflores y San Isidro están menos lejos. En ninguno hay un estadío de madurez deseable. Están en sus fases más tempranas", explicó.

Claro, que estas comunas tienen los recursos necesarios para emprender el camino. ¿Pero qué sucede con el resto de distritos de la ciudad?

Para Calderón la responsabilidad es de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Un liderazgo es, incluso, más importante que toda la tecnología del mundo, y mientras no contemos con ello no podremos llegar muy lejos, sentenció.