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El mercado de los teléfonos inteligentes ha caído, pero no está muerto, debido a los altos precios y a otros factores que, combinados, enfriaron las previsiones de un sector hasta hace poco floreciente.

Las cifras son poco halagüeñas: en el 2018 el sector sufrió su peor caída de ventas, y las previsiones este año no son mucho mejores.

A pesar de estos datos, los analistas no creen que se haya apagado la llama de la era de los "smartphones", dispositivos vistos como imprescindibles por muchos ciudadanos en todo el mundo.

"Aún no tienen un sustituto viable", afirma sobre los teléfonos inteligentes Rob Enderle, analista independiente de Silicon Valley.

"Siempre existe la posibilidad de ir a los 'wearables' (aparatos o complementos de uso diario, convertidos en dispositivos electrónicos) o gafas de realidad virtual (HMD), pero ninguno de ellos ha surgido como una amenaza real", agregó.

El volumen de "smartphones" en todo el globo cayó un 4.1% en el 2018, hasta las 1,400 millones de unidades enviadas, según la empresa IDC, que prevé que durante este año la tendencia se puede mantener.

Para Werner Goertz, analista de Gartner, empresa dedicada a las investigación de tecnologías de la información, el mercado de los teléfonos vivirá cierta estabilización a finales de este año.

"Los teléfonos móviles están aquí para quedarse", afirma Goertz, mientras sugiere que los consumidores podrían estar esperando aparatos con nuevas funciones.

"Los teléfonos plegables representarían realmente una buena característica disruptiva", adelanta.

Analistas señalan que estas fluctuaciones en las ventas también las sufrieron otros productos tecnológicos, como los ordenadores portátiles.

"Los mercados siempre se ralentizan, cuando las compañías tienen que gastar más en mercadotecnia para que la gente salga y compre cosas", explica Enderle.

Algunos consumidores esperan a cambiar sus aparatos debido al aumento de precios de los productos de gama alta, como el iPhone de Apple, considera el analista independiente.

¿Comida o teléfono?
Incluso el presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, durante la presentación de resultados de la empresa, ya advirtió que los consumidores alargan la vida útil de los teléfonos.

Otra de las razones que esgrimió Cook para justificar el frenazo en las ventas del iPhone fue el recorte en las ayudas que dan las compañías telefónicas para garantizar la permanencia del servicio durante un tiempo, lo que se traduce en que los consumidores tienen que hacer frente al pago de más de US$ 1,000 por algunos de los teléfonos más caros del mercado.

"La gente no quiere gastarse otros US$ 1,000 para reemplazar algo que no está roto", sostiene el analista Enderle.

"En mercados emergentes no se puede hacer que la gente pague una cuarta parte de sus ingresos mensuales por un teléfono; no renunciando a comida por mensajes de texto", analizó.

En un gesto inusual, Apple redujo precios en algunos de estos mercados para mitigar los efectos de la subida del dólar estadounidense.

Cook afirmó en enero que en algunos lugares y para algunos productos su compañía "absorbió parte del movimiento de la divisa extranjera" para "acercarse" a los precios de un año atrás en esos mercados.

"Así que sí, creo que el precio es un factor", reconoció Cook.

Desastre en el mercado
No obstante, los últimos datos sugieren que los días de crecimiento desenfrenado de los teléfonos inteligentes son cosa del pasado y que el lento crecimiento o la contracción son probables en muchos mercados saturados.

Sin ir más lejos, Apple reveló recientemente una insólita caída en sus ingresos en el cuarto trimestre del año pasado. Mientras que Samsung, el mayor fabricante de teléfonos inteligentes de Corea del Sur, informó de una reducción en sus beneficios en ese mismo periodo, culpando a una caída en la demanda de sus productos estrella.

"El mercado de los teléfonos inteligentes es ahora mismo un desastre", explica Ryan Reith, analista de IDC.

"Fuera de un puñado de mercados de alto crecimiento como India, Indonesia, Corea del Sur y Vietnam, no vimos mucha actividad positiva en el 2018", afirmó.

A la demora para cambiar de aparatos y de los altos precios, se le sumó, remarca Reith, la incertidumbre política y económica.

La tendencia fue especialmente marcada en el mercado chino, que representa cerca del 30% de la venta de teléfonos inteligentes, con una caída del 10%, según IDC.

Sin embargo, los fabricantes de teléfonos chinos como Huawei, Oppo y Xiamoi remaron a contracorriente y acabaron el año con ganancias, según Counterpoint Research.

De acuerdo con el director asociado de Counterpoint, Tarun Pathak, este año es probable que los fabricantes de teléfonos inteligentes inciten a los clientes a actualizar sus dispositivos con innovaciones como la conexión a la red ultrarrápida 5G y las pantallas plegables.

Se espera que el mayor fabricante de "smartphones", Samsung, presente un dispositivo con pantalla plegable en febrero.