El mercado de los videojuegos en África está valorado en US$ 320 millones anuales. (Foto: AFP)
El mercado de los videojuegos en África está valorado en US$ 320 millones anuales. (Foto: AFP)

Ciudad del Cabo.- La acción transcurre en los años 1950. Un ejército de humanos aniquila a una colonia extraterrestre. Con las manos pegadas al teléfono, los ojos concentrados en la pequeña pantalla, el fabricante de videojuegos sudafricano Simon Spreckley disfruta con su nueva creación para teléfonos móviles.

"El nivel de penetración de los teléfonos móviles en África es muy elevado. La población posee a menudo dos o incluso tres teléfonos. Es una locura", explica este programador de videojuegos, que lleva una camiseta que representa a "Brute", un extraterrestre de cuatro brazos que aparece en su última creación "Invasion Day".

Como Simon Spreckley, la mayoría de los programadores africanos apuesta por la creación de videojuegos para teléfonos móviles y tabletas en lugar de consolas domésticas u ordenadores.

"África tiene un potencial enorme porque es un continente básicamente de móviles", explicó Sidick Bakayoko, de 34 años, fundador de Paradise Game, que reúne a varios profesionales marfileños.

"Hemos hecho este salto tecnológico. En lugar de pasar por el PC, hemos ido directamente al móvil", aseguró Bakayoko durante el salón electrónico Africa Games Week, que se celebró del 28 de noviembre al 2 de diciembre en Ciudad del Cabo y en el que participaron programadores, artistas y gigantes de la industria.

"Ahora es muy fácil comprarse un teléfono móvil gracias a teléfonos inteligentes de bajo precio", afirma Sidick Bakayoko, mientras que un grupo de jugadores prueba a su lado una nueva creación.

El número creciente de videojuegos africanos para teléfonos también se explica por el aumento significativo de los pagos a través de móvil, por ejemplo la aplicación M-Pesa en Kenia, un sistema de transferencia de dinero a través del teléfono móvil.

"En África, mucha gente no tiene tarjeta de crédito, pero hay otros medios de pago electrónico a través de las telecomunicaciones", que permiten comprar videojuegos a través de internet, recuerda Bakayoko.

"Hay efectivamente un potencial para los videojuegos para móviles y el pago electrónico. Este funciona muy bien en Kenia, por ejemplo (...) Pero no hay ningún motivo para que el resto de África no se suba a este tren que ya está en marcha".

Gran potencial

Otra ventaja de los videojuegos para móvil es que no ocupan demasiada memoria y esto permite descargarlos también en aquellos países en los que internet es más lento y caro.

"En Nigeria, hay juegos predescargados en los teléfonos porque los datos son muy caros", explica Evan Greenwood, director de Free Live, la principal compañía de videojuegos en Sudáfrica.

"El potencial está allí (...) pero el data debe ser más accesible", insiste Greenwood, quien también aconseja que se deben "desarrollar mejores juegos".

Para atraer a un mayor número de jugadores, "Invasion Day" será gratuito, pero los usuarios tendrán que pagar para actualizaciones y expansiones.

Numerosos programadores africanos se confrontan con serias dificultades para que sus creaciones resulten rentables económicamente, aunque estas puedan tener un gran éxito de público.

No obstante, esta situación podría cambiar con la decisión adoptada en junio por Google de monetizar la adquisición de juegos, en lugar de proponer únicamente la descarga gratuita en la Play Store en países como Nigeria, Zimbabue, Sudáfrica o Tanzania.

"Invasion Day", creado por un equipo de ocho personas que trabajan para la compañía sudafricana VSUS, debería salir a la venta en 2019 en la plataforma de Google y también en la App Store de Apple.

Según estimó la auditora PwC en 2017, el futuro de los videojuegos para móviles es prometedor ya que "los ingresos obtenidos por los videojuegos de consolas y ordenadores retrocederán en beneficio del mercado de los móviles".

El mercado de los videojuegos en África está valorado en US$ 320 millones anuales, pero podría alcanzar los US$ 642 millones en 2021, según PwC.