(Bloomberg).- Un creciente número de bancos centrales se pregunta cuál es el sentido de imprimir papel moneda.

En Dinamarca, los guardianes del dinero ahora evalúan producir una moneda virtual, que predicen dificultará el delito y facilitará la supervisión. Los daneses no están solos. Gran Bretaña y Suecia están abriendo la senda en Europa. Singapur y Canadá ya han hecho ensayos de sistemas de monedas basados en cadena de bloques, o blockchain, para pagos por internet.

El gobernador Lars Rohde, cuyas responsabilidades en 2017 ya no incluirá la supervisión de imprentas de dinero en Copenhague, dice que las ventajas incluyen menores costos de transacción. Pero los riesgos son considerables. Es territorio desconocido, y las potenciales consecuencias indeseadas pueden afectar la economía.

El banco central danés externalizará su producción de dinero desde 2017. Finlandia acuñará las monedas, pero aún no se decide quién imprimirá los billetes. Si bien el efectivo no desaparecerá por completo, Dinamarca explora alternativas más baratas y eficientes. El banco central calcula que el costo total para la sociedad de usar papel moneda es al menos el doble que el de depender de tarjetas de crédito y de débito.

Redes de protección.En este punto, los retos de desarrollar una moneda electrónica no son tecnológicos.

"No estamos preocupados por la tecnología, porque conocemos bien ese asunto", dijo Rohde en una entrevista el 5 de diciembre en la capital danesa.

El efectivo se usa solamente en 20 por ciento de las transacciones danesas. Más aún, representa menos de un tercio de la oferta de dinero y por ende no puede considerarse una red de protección si el sistema de pagos electrónicos dejara de funcionar.

"Estamos mucho más allá de ese punto", dijo Rohde. "El efectivo y los billetes no son una alternativa para los pagos electrónicos. Dejamos eso atrás hace muchos años".

La cadena de bloques.El banco central dice que la "tecnología de cadena de bloques, o una variedad de ella, por ejemplo" sería un modelo obvio a usar para una moneda virtual".

Rohde dice que el banco estudia si la moneda electrónica que produce "debería ser anónima o no". La corona electrónica, o e-corona, tendría un número de serie, que haría rastreable las piezas monetarias. La cadena de bloques – una especie de libro contable que cronológicamente registra todas las transacciones con moneda electrónica – permitiría tal rastreo. Es un concepto que se desarrolló con Bitcoin, creado en parte para eludir a los bancos centrales.

Que el banco central use cadena de bloques requiere cierto grado de confianza entre los ciudadanos de un país y su autoridad monetaria, lo cual significa que el modelo se ajusta mejor a sociedades transparentes y desarrolladas, según Lasse Birk Olesen, cofundador de la firma de tecnología financiera Coinify, que desarrolla una infraestructura de cadena de bloques para la firma nórdica de pagos Nets A/S.

"En Dinamarca y el resto de Europa hay un nivel relativamente alto de confianza en el banco central. En Venezuela, no tanto", dijo. "La mayor ventaja será para micro y pequeños pagos. Será más barato, más veloz y más fácil para usted y para mí hacer pagos electrónicos".