Redacción Gestión

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La idea de que, en un futuro cercano, puedan introducirse coches voladores en el mercado parece genial. Con ello, no solo las visiones futuristas de los productores de las películas de ciencia ficción estarían cerca de materializarse, sino también los dolores de cabeza ocasionados por el tráfico podrían esfumarse.

De hecho, el 'Aeromobil 2.5', del ingeniero eslovaco Stefan Klein, sería el primer auto volador en llegar al mercado. Después de 25 años en desarrollo, irrumpiría en 2015.

Pese a todas las expectativas generadas en torno a esta clase de innovaciones tecnológicas, hay un reconocido físico y emprendedor que no ha mostrado demasiado entusiasmo: Elon Musk.

Al cofundador de Space X le preocupa que un bólido de esas características pudiera estropear la vista sobre el horizonte o, peor aún, pudiera caer sobre la cabeza de algún desprevenido.

El reconocido empresario afirmó que no es un acérrimo defensor del concepto de los automóviles flotantes, en el marco de la cumbre The Vanity Fair New Establishment Summit.

"No estoy seguro sobre (los beneficios) de los coches voladores", dijo Musk, según información recogida por el portal Mashable. "Si el cielo estuviera lleno de coches volando, por un lado, afectaría el horizonte; por otro lado, sería más ruidoso y habría una mayor probabilidad de que algo pudiera caer sobre su cabeza. Esas no son cosas buenas".

Elon Musk, un hombre con grandes inversiones en tecnología, manifestó que los recursos podrían utilizarse mejor para abordar soluciones más sencillas.

Él se refirió, en ese sentido, a gigantescos sistemas de túneles subterráneos. El CEO de Tesla, no obstante, reconoció algunas ventajas de los coches voladores. "Usted podría ir de un lugar a otro más rápido".