Redacción Gestión

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Primero fue con sus coches autónomos. Y ahora se suma Apple con Titán, un proyecto que contempla el diseño de un vehículo eléctrico. Los gigantes de la tecnología quieren revolucionar también la automoción. ¿Marcarán estas empresas, y no los fabricantes tradicionales de coches, el futuro de esta industria?

El software tiene mucho que decir en el coche del , una realidad que abre la puerta a nuevos jugadores. Los expertos coinciden: los fabricantes de vehículos no han logrado hacer realidad el coche del futuro. No ha habido un salto disruptivo. Por eso, las compañías tecnológicas que entienden de software, como Apple, pueden ser actores relevantes.

Más allá de su dominio del software, gigantes como Apple y Google cuentan con otra enorme ventaja: no les falta dinero. Apple tiene la friolera de US$ 178,000 millones en caja (seis veces la de Volkswagen) y Google US$ 64,600 millones.

Si Tim Cook, consejero delegado de Apple, ve una oportunidad en un nuevo segmento, no tiene problemas económicos para abordarlo. Según The Wall Street Journal, la está configurando un equipo, para el que está fichando a profesionales de empresas automovilísticas, que llegará hasta el millar de profesionales.

El grupo está liderado por Steve Zadesky, un exingeniero de Ford y actual director de diseño del iPhone que lleva 16 años en Apple. Según Business Insider, la compañía está fichando a trabajadores de Tesla, el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos.

Apple no lo tendría fácil, puesto que la construcción de un vehículo es muy intensiva en capital y exige manejar una red de proveedores mucho más compleja que la de la electrónica de consumo. Además, como apuntan algunos analistas, los coches no se caracterizan precisamente por dejar márgenes altos, como sí consigue con el iPhone.

La idea de fabricar un vehículo no es nueva en Apple. En 2012, durante el juicio que enfrentó a la compañía estadounidense contra Samsung, Phil Schiller, director de Márketing de Apple, desveló que se había discutido la posibilidad de fabricar un coche antes del lanzamiento del iPhone. Ese mismo año, Mickey Drexler, miembro de la junta de Apple, aseguró que Steve Jobs quería construir un iCar, según recuerda Bloomberg.

De momento, la incursión de Apple en esta industria se ha limitado a Car Play, que permite a los conductores acceder a servicios como iTunes, los mapas o el asistente Siri. Varios fabricantes de automóviles han anunciado sus planes para incorporarlo en ciertos modelos.

La llegada de competidores como y presumiblemente Apple obliga a los fabricantes de la industria automovilística a ponerse las pilas para incorporar avances tecnológicos y acelerar el desarrollo del coche del futuro. Como muestra, una decena de compañías estuvieron presentes en la última edición del CES de Las Vegas, la mayor feria de electrónica de consumo y tecnología del mundo.

El creciente peso de Silicon Valley en la industria automovilística explica por qué recientemente Ford ha abierto un centro de investigación en Palo Alto dirigido por un exingeniero de Apple. Mientras, en Europa, compañías como Daimler están abordando proyectos sobre el vehículo del futuro.

Sin conductorEn este escenario futuro, Google se ha centrado en el desarrollo de un coche autónomo, un proyecto en el que trabaja desde hace cuatro años. La compañía confía en que su será una realidad comercial en un plazo de entre dos y cinco años. El coloso de Internet lleva tiempo trabajando en este ámbito, primero modificando un Toyota Prius y en la actualidad creando sus propios prototipos.

Por su parte, Uber está trabajando también en el desarrollo de su propia tecnología de coches sin conductor, para lo que ha asociado con Carnegie Mellon University.

La conducción autónoma ha llamado la atención de la industria automovilística, obligada a pisar el acelerador también en este terreno. Así, fabricantes como Daimler, BMW y Audi han mostrado ya coches que pueden recorrer grandes distancias sin necesidad de intervención humana.

Tesla, un referenteSi, finalmente, Apple llega a producir su propio coche eléctrico, competiría directamente con Tesla Motors. La compañía estadounidense fundada por Elon Musk en 2003 se ha centrado en el segmento de los eléctricos. El año pasado, la compañía fabricó 35,000 unidades (en la foto, su último modelo, el 'S').

La empresa, que planea fabricar del orden de 55,000 coches este año, sigue en pérdidas y no tiene previsto alcanzar el punto de equilibrio hasta el año 2020, lo que demuestra las dificultades de conseguir beneficios en este segmento. La facturación del último trimestre creció un 55% hasta US$ 956.7 millones, por debajo de las estimaciones de Wall Street. Las pérdidas fueron de US$ 107.6 millones, frente a los 16,3 millones del mismo trimestre de 2013. La capitalización de Tesla es de US$ 25,635 millones.

Diario Expansión de EspañaRed Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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