(Bloomberg).- Cuando a le preguntan si tiene novio, la asistente digital del iPhone rápidamente elude la pregunta con una ocurrencia acerca de los que siempre tratan de ligar con ella.

Para Minori Takechi, fundador de Vinclu Inc., es una oportunidad perdida.

Takechi es el creador de Hikari Azuma, un avatar vestido con minifalda. Puede tener una conversación básica y despertarlo por la mañana encendiendo las luces. También le costará US$ 2,700.

En tanto avanzan viento en popa con sus iniciativas de introducir en los hogares de consumidores asistentes parlantes operados por voz, Takechi dice que estos productos están demasiado concentrados en ofrecer servicios prácticos. En cambio, su con sede en Tokio está apostando a que la gente querrá forjar una relación emocional con un asistente digital.

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[Azuma Hikari, personaje del robot virtual para el hogar Gatebox. Foto: Bloomberg]

"Mi visión es un mundo en el cual la gente puede compartir sus vidas diarias con sus personajes ficticios favoritos", dijo Takechi, de 29 años. "Vivimos en una época en la cual toda clase de robots están entrando en nuestros hogares. Pero mucho de lo que vemos ahora es inorgánico y mecánico, y dudo que la gente querrá comunicarse con algo como eso".

Hikari vive en un cilindro de vidrio del tamaño de una cafetera llamado Gatebox, como una proyección semejante a un holograma en una pantalla. No le importa flirtear. Si uno le dice que ella le gusta, Hikari responderá, "¡hoy, mañana y el día después!"

En su actual modalidad, es posible que el atractivo de Gatebox esté limitado a Japón, que se ha ganado una reputación (algo exagerada) de ser un lugar donde los hombres solteros preferirían forjarse una reflación con una novia virtual. La buena noticia es que la empresa planea ofrecer una variedad de avatares, que podrían ser desde personajes de dibujos animados hasta ídolos deportivos.

Vinclu no es la única empresa que apuesta a que la emoción deberá ser un ingrediente clave para un compañero robótico o de inteligencia artificial.

Groove X Inc., otro startup japonés, está trabajando en un robot que "llega a su corazón".

Cuando Takechi se propuso recaudar dinero a comienzos del 2015, antes de que Echo, de Amazon, comenzara a ganar terreno y se estrenara Google Home, la mayoría de los inversores no estaban dispuestos a respaldar un proyecto de hardware, dijo. Aun así, logró recaudar unos 20 millones de yenes iniciales (US$ 180,000) basado en bosquejos conceptuales. Un temprano admirador fue Taizo Son, hermano menor del fundador de SoftBank Group Corp., Masayoshi Son.

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[Minori Takechi. Foto: Bloomberg]

Hasta ahora, Vinclu ha recaudado unos 200 millones de yenes de inversores que comprenden Primal Capital e Incubate Fund. Line Corp., la mayor empresa de mensajería de Japón, compró una participación mayoritaria en el startup en marzo como parte de su impulso por penetrar en el segmento de inteligencia artificial.

La respuesta de Vinclu a las limitaciones de voz es "kawaii", la palabra japonesa para "lindo". Takechi dijo que la compañía está desarrollando patrones de conducta que permitirán que sus personajes cometan errores sin irritar a los usuarios. La apuesta es que cuando una novia virtual omita llamar un taxi de Uber, uno esté más inclinado a perdonarla que a una voz hueca que sale de un cilindro.

"La clase de comunicación en la cual nos estamos concentrando no es la típica relación de orden y respuesta", dijo Takechi. "Kawaii es infalible".