Redacción Gestión

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Ya no es anticuado ni hipster hablar de algunas tecnologías analógicas. Volvieron y no como objetos de decoración. Inclusive, en algunos casos, prometen quedarse con nosotros. Es necesario entender por qué vuelven. Empecemos por el gran momento del vinilo.

La Asociación de de Estados Unidos (RIAA) reveló que, a finales del año pasado, las plataformas gratuitas de streaming de música generaron menos ingresos que la venta de vinilos. Son u$s 385,1 contra u$s 422,3 millones. Un 9,6% menos. Según ICM Unlimited, en 2015 Reino Unido tuvo un pico máximo de venta de vinilos después de 21 años: 2 millones de unidades vendidas, mientras que el primer trimestre de 2016 creció un 60% respecto del mismo periodo del año pasado.

Esta tendencia se extiende a otros países como España y Estados Unidos y también a la Argentina. Este año corría la noticia de que Morello y Láser Disc volverán a fabricar vinilos (en 1993 dejaron de hacerlo). "Nuestra experiencia más cercana de cómo responde el mercado la tuvimos en Chile. Comenzamos a vender discos de vinilo importados y la venta es furor", dice Nicolás Muscó, gerente general de Láser Disc Argentina. Esperan una respuesta similar aquí.

"Los que se importan se venden como agua y muchas veces las discográficas deben hacer reposiciones de ediciones en vinilo porque se agotan", señala Muscó. Los precios son muy variados, desde $ 100 a $ 5.000, según intérprete, edición y antigüedad.

Clic instantáneoEs el momento de los regresos, sin dudas. Kodak, que en 2012 se declaró en quiebra, anunció que revivirá la cámara Super 8. Pensada para cineastas, marcará el regreso de la cinta (modernizada). Para los consumidores comunes, las cámaras instantáneas, comienzan a resultar cada vez más atractivas.

La Polaroid, otra renacida, volvió a estar de moda. Se destaca el modelo Snap (u$s 100), una cámara digital instantánea que imprime fotos con tecnología ZINK, sin tinta. Por su parte, las Instax Mini de FujiFilm son furor en el mundo millennial.

Es el caso de Melina Morandini, comunicadora de 27 años: "La Instax me la trajo de un viaje mi mamá. Yo ya tenía otras cámaras analógicas, Holga y Diana F". Morandini reflexiona además sobre la vuelta de lo analógico: "Creo que algunas personas simplemente lo hacen por moda. Cuando deje de usarse, dejarán de adquirirlo. En otros casos, puede haber efecto nostálgico. Finalmente, otros destacan el valor de los objetos en sí".

Nostalgia sin límitesEsto no es todo. En otro carril de la autopista vintage encontramos a otras tecnologías abandonadas. Por ejemplo, en el mundo existen diferentes festivales que reivindican el valor del cassette. Por ejemplo, el 6 de mayo se realizó el Cassette Indoor Festival en Holanda. Y esta tendencia indie se expande al resto del mundo.

Por su parte, hay quienes no quieren tirar sus VHS. "A partir de 2011 se comenzaron a volver a editar películas de terror en VHS en Estados Unidos. Ediciones limitadas que, en general, se agotan en pocas horas.

El mercado coleccionista de USA y algunos países de Europa está creciendo cada vez más. Aunque siempre a una escala marginal si se lo compara con el revival del vinilo", dice Cristian Sema, coleccionista de VHS. Tomás Balmaceda, periodista y doctor en Filosofía, confiesa haber tirado todos sus cassettes en una mudanza. Y hoy se arrepiente.

"No es solo por el material, sino porque son objetos que se volvieron una cápsula de tiempo. Hay miles y miles de horas de producción que nunca vio la luz en DVD y que tampoco está en YouTube", dice. Y finaliza: "Sí hay un regreso de lo analógico. Hoy parece mágico que una púa genere sonido y que un cabezal lea una cinta".

Diario El Observador de Uruguay Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)