(Foto: Xataka).
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Alphabet, la empresa matriz de Google, está dando a conocer el nacimiento de una nueva compañía. Se trata de 'Project Malta', que pasa a llamarse simplemente 'Malta', que es una ambiciosa iniciativa con la que buscan revolucionar el almacenamiento de energía al basarse únicamente en sal, acero y aire.

Malta nació en 2017 como un 'moonshot' en X, y debido a su peculiar enfoque y miras en el futuro, es como ha conseguido en sólo un año convertirse en una compañía independiente bajo la sombrilla de Alphabet. Lo interesante, es que ya cuenta con una inversión inicial de 26 millones de dólares para arrancar, inversión de la cual surgen nombres importantes como el de Bill Gates, Jeff Bezos, Michael Bloomberg, Jack Ma, entre otros.

Mientras que el mundo está apostando por los grandes sistemas de baterías para almacenar energía, Malta va en otro sentido, uno que en teoría se basa en una arquitectura novedosa a escala de red que se apoya en una mezcla de sal fundida y anticongelante.

Esta arquitectura consiste en un sistema diseñado por Robert Laughlin, físico de Stanford y ganador del Premio Nobel, quien demostró que la electricidad podría, en teoría, almacenarse durante días, e incluso semanas, como calor en sal fundida y como frío en anticongelante.

Lo atractivo del sistema es que, aseguran, sólo utilizaría materiales económicos y fáciles de conseguir, como la sal, el acero y el aire. Además, se hace referencia a un nuevo enfoque de ingeniería, el cual permitiría manejar de forma confiable toda esta energía, es decir, se anticiparía a las necesidades al saber cuándo se produce más y cuándo se consume en mayor medida.

Según explican, la base de todo este sistema permitiría recolectar la energía generada por fuentes renovables, como solares o eólicas, incluso no se descarta su uso para almacenar energía proveniente de la red eléctrica. Una vez teniendo esta energía, se utilizaría para echar a andar una bomba de calor, que la convertiría en energía térmica.

Posteriormente, ese calor se almacenaría en la sal fundida, mientras que el frío se almacenaría en anticongelante. Cuando se requiera electricidad, la diferencia de temperatura se convertiría de nuevo en energía eléctrica mediante un motor térmico, para así poderse suministrar a la red.

En los próximos meses, Malta iniciará la construcción de una planta piloto a escala de magavatios, la cual servirá para plantear futuros proyectos a mayor escala, esto mientras siguen colaborando con expertos de las "industrias de servicios públicos, redes y energía", para así poder determinar las formas en la que esta tecnología podría implementarse en futuros proyectos.

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