Desde hace más de un mes, diferentes entidades y municipios de la ciudad de Lima se propusieron la meta de reducir la alarmante cifra de siniestros que se registran todos los días en el país, para ello comenzaron a ejecutar campañas de sensibilización y capacitación para conductores de vehículos, específicamente sobre los nuevos límites de velocidad.

No obstante, luego de haber transcurrido alrededor de 15 días desde su ejecución, surgieron muchos puntos de la capital que no tienen la señalización adecuada y requerida. Igualmente, es probable que muchos automovilistas sigan circulando sin respetar los nuevos límites debido a que son insuficientes las zonas que cuentan con una correcta y eficaz inspección.

El presidente de la , Luis Quispe Candia, sostuvo que Lima desempeñará parcialmente este requisito, en tan solo un 5% de la ciudad porque no cuentan con los aparatos suficientes para realizar un control eficiente y agregó que en las provincias la situación es igual o peor.

Otro dato importante es que únicamente Callao es el sector en Lima que cumple con estas reglamentaciones de vigilar correctamente las velocidades, esto es gracias a que poseen controles de velocidad electrónicos fijos. A raíz de esta medida de los límites de velocidad, en Callao, se ha reducido a un 70% los accidentes de tránsito, la mortalidad a un 20%, y no hay tantos accidentes de tránsito fatales.

En contracara a esta postura, la especialista del observatorio ciudadano , Patricia Alata, sostiene que a pesar de que se coloquen más cámaras, señalizaciones o policías que reglamentan el tránsito, esto no será suficiente debido a la frágil infraestructura de Lima. Ella afirma que la ciudad no cuenta con vías que atiendan a las necesidades de los conductores que cuentan siempre con y mucho menos a la de los peatones, ciclistas o usuarios de transporte público. Este incorrecto diseño es el que ocasiona conflictos porque cada conductor busca llegar lo más rápido posible a su destino y para lograrlo lo harán de la manera que puedan y surja sin importar las normativas.

Teniendo en cuenta estas dos posturas, es fundamental resaltar que los conductores de vehículos van a más velocidad como respuesta a un sistema vial que no está bien diseñado ni señalizado y que, principalmente, no ayuda a que los automovilistas se puedan trasladar de manera rápida y segura. Por lo que en la práctica se torna una carrera de velocidad entre los vehículos. De esta manera, cada coche compite con otros para poder llegar más rápido a su destino; sin embargo, en esa competencia los más vulnerables terminan siendo los peatones.

Ambos especialistas concuerdan en que es importante que se ajusten y modernicen las vías, ya sea incorporando semáforos inteligentes, controles de velocidad, servicio integrado de transportes, como sostiene Quispe. O cambiar el diseño e infraestructura de las rutas, paulatinamente, como piensa Alata que es primordial.

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