Podcast Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que no sabe qué hacer con su vida?
Podcast Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que no sabe qué hacer con su vida?

¿Y qué le dirías a alguien que no sabe qué hacer con su vida? No esperes a la suerte, persíguela. Sí, le diría eso. No esperes a la suerte, persíguela.

Tengo una sobrina graduada en administración de empresas. Su pasión es la repostería. Hace poco conversamos sobre qué hacer con su vida, sí buscar trabajo en el mundo empresarial o emprender en repostería.

El hijo de un amigo está practicando en un banco en Canadá en el back de mercado de capitales. Termina la universidad en un año y lo que le apasiona es el trato directo con clientes. Me pidió que conversáramos para ver si le conviene pasar del middle al front.

Una persona a la que quiero mucho, con más de 55 años y 35 trabajando en la misma empresa, me pregunta si es el momento de dejarlo o aun no.

Otro amigo, gerente general de un apasionante proyecto empresarial, contrastó conmigo sobre las ventajas y desventajas de cambiar de país como inmigrante.

Todos tenemos momentos en los que no sabemos qué hacer con nuestras vidas.

Estos cuatro casos tienen una cosa en común: se están haciendo la pregunta. Cuando buscas una respuesta es necesario que te hagas la pregunta muchas veces. Al hacerte la pregunta tu mente y tu corazón se activan para elegir mejor.

Lo fundamental es marcarse un plazo para tomar la decisión. Tomada la decisión ya no se mira para atrás. No. Se ejecuta con precisión que garantice el éxito

Lo que no puede pasar es preguntarse y preguntarse siempre lo mismo y nunca decidir. Porque la peor decisión es la que no se toma. La suerte no llama a la puerta. Uno tiene que abrir la puerta y ver si está pasando. Y si está pasando apropiarse de ella.

Hay tres métodos para tomar la decisión y atrapar a la suerte:

1) El racional, cuando uno evalúa ventajas y desventajas de la decisión. Es el más simple. Alta probabilidad de éxito material pero no siempre asegura tu felicidad.

2) El emocional, cuando uno se orienta a aquella decisión en la que siente que su yo interno se llena de satisfacción. Sólo pensarlo te genera chispas. Es algo que en verdad deseas hacer. Alta probabilidad de éxito profesional y de felicidad.

3) El contemplativo, cuando uno se orienta a aquella decisión que implica el bienestar de los demás incluso afectando al bienestar propio. Se da mucho en las decisiones de las personas profundamente buenas, como la madre Teresa de Calcuta.

Sea con el método racional, emocional o contemplativo, lo importante es tomar la decisión en el plazo definido y tirar para adelante. No esperes a la suerte. Persíguela.