Ignacio Quintanilla

¿Y qué le dirías a alguien que está evaluando por quién votar en las elecciones? Deja que tus sueños decidan. Sí, le diría eso. Deja que tus sueños decidan.

Cuando elegimos un gobierno o un liderazgo no elegimos a una persona. Elegimos ideas, cultura, pensamiento, modelo económico, tendencias que van a armar las bases sobre las que se construye el futuro donde nuestros sueños puedan convertirse en realidad. Por eso es que los buenos gobernantes se reconocen con el paso del tiempo, así como los malos gobernantes se dejan ver más malos conforme avanzan los años.

Dejar que tus sueños decidan significa elegir sobre la base de lo que quieres para ti y para las personas que más quieres.

Por ejemplo, si sueñas con ser dueño de tu propia empresa. O que tu emprendimiento sea más grande. Porque si ese es tu sueño, entonces debes buscar qué opción cree en la empresa privada frente a quien cree en un Estado controlador.

Significa preguntarte si te gusta la idea de tener una casa propia y vivir en ella con la seguridad de no perderla, y que la inflación no se coma tu sueldo. Entonces debes mirar que opción garantiza el derecho a tener y progresar mediante tu esfuerzo sin penalizar el éxito.

Es preguntarte si sueñas con caminar con seguridad y tranquilidad o si te ves paseando en medio de conflictos sociales y revueltas donde la escasez y el desabastecimiento marquen la agenda de cada día. Según eso debes mirar qué opción garantiza más el cambio con progreso frente al cambio con pobreza.

Dejar que tus sueños decidan es elegir la cultura que te permite ser dueño de tu vida, de tus aspiraciones, y de tu libertad, frente a aquel modelo donde tus sueños son cortados e impedidos y tu única opción es ir a buscarlos en otro país lejos de lo que amas, como le ha pasado a otras personas en otros países.

La decisión es nuestra. Preguntemos a personas que dejaron su país por qué lo dejaron. Y preguntemos también por qué eligieron el nuestro. Quizá ganemos algo que ellos ven que nosotros no estamos viendo. Quizá nuestro modelo económico y de libertad, cargado de muchos defectos que hay que corregir, es sin duda un modelo que hace de nuestro país un país viable del que no hay que salir huyendo como les ha pasado a ellos.

Para un momento y pregúntate quién quieres ser y a dónde quieres llegar. Sueña, porque vives en una país donde aquello que crees lo puedes crear. Y al momento de elegir, deja que tus sueños decidan dónde quieres vivir.