En el pasado, los aspectos sociales, medioambientales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés) no fueron una preocupación primaria de los inversionistas. Sin embargo, el Estudio de Cambio Climático y Sostenibilidad de la consultora EY, en 2018, reveló que el 97% de inversionistas a nivel global, evalúan información relacionada con el desempeño no financiero, (que incluye aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo), como un componente importante en la toma de decisiones de inversión.

En este podcast, la especialista en estrategias corporativas y CEO de Kreab Perú, Gisella Benavente, aborda el tema: La nueva visión de los inversionistas y su impacto en la estrategia de las empresas, mostrando las razones por las cuales el sector privado tiene la oportunidad y también la necesidad de contribuir a mejorar su entorno, en base a las nuevas tendencias en la visión de los inversionistas en el mundo.

Benavente señala que en los últimos dos años se ha dado una variación sustantiva en la visión de los inversionistas para responder al nuevo entorno, lo que sin duda está promoviendo un cambio importante en la estrategia de las empresas en el mundo.

Señala que una evidencia del cambio de visión, se reflejó en otra encuesta global realizada en 2018 por FTSE Russell, un proveedor británico de índices bursátiles, que concluyó que más de la mitad de los propietarios de activos mundiales está aplicando o evaluando consideraciones sociales, ambientales y de gobernanza (ESG) en su estrategia de inversión.

A pesar de que los inversionistas se fijan cada vez más en estos aspectos ESG, advierte que, aún muchos gerentes corporativos y miembros de directorio tienen dudas sobre su impacto. “Gran parte de ellos aún equipara la “inversión sostenible” con su predecesora, la “inversión socialmente responsable”, y cree que la adhesión a sus principios implica sacrificar algún rendimiento financiero para hacer del mundo un lugar mejor”, apunta.

Sin embargo, explica que lo que busca esta nueva visión es que los negocios sean sostenibles y, por tanto, el retorno de la inversión se mantenga en el tiempo. “Y, para ser sostenibles se requiere considerar la generación de valor a los grupos de interés, además de sus accionistas, porque forman parte de un mismo ecosistema y, por tanto, no es posible generar ganancias en el largo plazo a costa de la supervivencia o la capacidad de sobreponerse de la sociedad donde operan”, comenta.

Uno de los desafíos pendientes para consolidar esta nueva visión es la ausencia de un esquema internacional comparable y aplicable a todas las industrias, para reportar los aspectos de ESG en el desempeño de las empresas.

El tema ha adquirido tal relevancia que, en un gran esfuerzo global, el Internacional Business Council del Foro Económico Mundial, formado por CEO’s de empresas líderes mundiales, sumado a las 4 más grandes firmas de contabilidad, están desarrollando un sistema de medición y reporte basado en cuatro pilares: planeta, personas, prosperidad y gobernanza.

Benavente destaca que también debe buscarse transformar los tradicionales sistemas de medición de desempeño de los ejecutivos para alinear a las empresas con esta tendencia. “Es evidente que las tendencias mundiales apuntan a que los líderes corporativos y CEO pronto serán evaluados por los accionistas también por el desempeño social, ambiental y de gobierno corporativo de sus empresas”, avizora.

Cabe resaltar, que las tendencias que impulsan la relevancia de criterios sociales, ambientales y de gobernanza (ESG) en las calificaciones crediticias se mantienen intactas durante la pandemia, y en algunos casos, incluso se están acelerando.

No hay duda, que actuar en el mejor interés de la empresa y de los accionistas, es también actuar en el mejor interés de la sociedad cuando lo que queremos es crear valor en el largo plazo. “El desafío es lograr un balance entre los retos de corto plazo y la visión de largo plazo, para generar al mismo tiempo crecimiento económico y bienestar para todos”, finaliza.