Podcast Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que está viviendo su duelo?
Podcast Tres minutos basta: ¿Y qué le dirías a alguien que está viviendo su duelo?

¿Y qué le dirías a alguien que está viviendo su duelo? Regalar afecto te hace feliz. Sí. Le diría eso. Regalar afecto te hace feliz.

En un episodio anterior de “Tres Minutos Basta” hablamos sobre el duelo. Dijimos que está bien no estar bien, y que es importante sufrir con dolor lo que merece ser sufrido. Debemos darnos tiempo para ello.

¿Cuánto tiempo? ¿Un día? ¿Una semana?, ¿un mes? ¿nos quedamos permanentemente viviendo el duelo, pegados en ello?

El duelo merece nuestro tiempo, pero no merece nuestra vida. La dificultad está en identificar el momento en que ya fue suficiente, y sobre todo en encontrar el camino para saber dejar atrás el duelo y retomar nuestras ilusiones.

Mucho se ha escrito y dicho sobre el duelo y cómo superarlo. Expertos escriben sobre aceptar los sentimientos, rodearse de personas en las que apoyarse, cuidar la salud personal, recordar buenos momentos, o acudir a la ayuda profesional que siempre es una buena decisión.

El duelo es una tristeza muy grande. Una pena enorme. Un dolor interno que necesitamos sentir porque somos seres humanos cargados de sentimientos. Esa tristeza, la pena, el dolor interno son una forma de energía que está en nosotros tomando nuestros brazos, nuestras piernas, nuestra cabeza, nuestro corazón, nuestro estómago. Sentimos sueño o no podemos dormir. Tenemos poca hambre o ansiedad por comer más. Nos duele el cuerpo. Tenemos acides. Nos duele la cabeza. En fin, muchas manifestaciones físicas derivadas del duelo.

Unos amigos perdieron a su única hija cuando tenía 16 años. Podrán imaginar el tamaño de esa pena. Su hija era una niña con un enorme corazón que sólo deseaba hacer buenas cosas por otros. Mis amigos decidieron dejar sus trabajos y crear una fundación con el nombre de su hija para apoyar a niños y niñas en África. Ese inmenso dolor se convirtió en energía y nació la fundación Alaine que desde el 2007 trabaja en la República de Benin y en Togo, enfocados en salud, educación y promoción de la mujer. Ramón Herrera, Ramón, padre de Alaine y presidente de la fundación, junto a su esposa, han conseguido volver a ver la sonrisa de su hija en la alegría de cada niño o niña que ayudan.

Convirtieron el dolor en afecto por otros, y eso los devolvió a la vida. El ejemplo de los Herrera es admirable. Con ese ejemplo nos damos cuenta de que la mejor manera de salir del duelo es convertir el dolor en afecto por otros. Cuando nuestra pena se transforma en amor por otros para darles alegría, nos regresa más alegría.

No te quedes pegado al duelo. Rompe el dolor que sientes con la fuerza del afecto. Regalar afecto te hace feliz.