Fernando Rospigliosi, miembro del equipo técnico de Fuerza Popular. (Foto: José Rojas Bashe | El Comercio)
Fernando Rospigliosi, miembro del equipo técnico de Fuerza Popular. (Foto: José Rojas Bashe | El Comercio)

Axel Ramírez

El miembro del equipo técnico de Fuerza Popular, Fernando , señaló que las afirmaciones contra el electo congresista de Perú Libre, Guillermo Bermejo, por sus supuestos vínculos con facciones del grupo terrorista Sendero Luminoso se basan en las investigaciones de la Dirección Contra el Terrorismo PNP (Dircote), que sostienen que “sería el nexo entre el clan de los Quispe Palomino y el ex gobernador regional de Junín,”.

“La Dirección contra el Terrorismo de la Policía y la Fiscalía han acusado al congresista electo Guillermo Bermejo de haberse reunido con los terroristas en el Vraem. Hay seis testigos y por ese hecho está siendo procesado. El señor Bermejo no pudo entrar al Vraem por su linda cara, es una zona inaccesible para cualquiera”, dijo el también exministro del Interior a RPP.

Asimismo, señaló que hay un cambio en la visión política de los remanentes senderistas del en relación a los gobiernos chavistas de la región y que ahora buscan entablar lazos cuando en el pasado los calificaban de “revisionistas”.

“Los terroristas del Vraem ahora hacen vivas a los regímenes de Nicolás Maduro y al gobierno chino cuando en el pasado, incluso pusieron un coche bomba en la embajada china”, indicó.

En otro momento, señaló que no es casualidad que en el atentado terrorista ocurrido la noche del domingo en el Vraem, se encontraran panfletos donde se lee “No a Keiko”.

Para Rospigliosi, es necesario retomar la estrategia de inteligencia con tecnología y golpe de mano para neutralizar a los mandos militares del clan Quispe Palomino al igual que se hizo con la banda subversiva encabezada por Artemio en el 2012 y 2013 y que dominaba la zona del Alto Huallaga.

En esa línea, agregó que “no es descabellado” cuando afirma que se puede liquidar a los mandos de los Quispe Palomino en menos de seis meses porque “son a lo mucho, media docena” y con ello, el Estado puede ingresar a las comunidades del Vraem con programas de desarrollo alternativo.