Foto: USI
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La (Midis), Liliana la Rosa, defendió su designación como titular de su cartera, tras señalar que es una funcionaria pública que ha ganado su espacio por mérito.

“Tengo más de 25 años como enfermera (…) He trabajado en cinco ministerios”, señaló en diálogo con Agenda Política de Canal N. tras indicar que fue convocada como especialista en gestión pública. añadió que no es “una improvisada”.

Tía María

Sobre y la posición del Ejecutivo de que debe salir a flote este año, La Rosa indicó que ella trabaja como ministra de Inclusión Social en la perspectiva de articular los programas sociales a salidas productivas para la población.

Soy una persona de izquierda, considero que mientras haya injusticia es muy extraño no ser de izquierda. Es impresionante que siendo un país de renta media alta (…) tengamos estos niveles de inequidad.


Al preguntarle si coincide con César Villanueva en que el proyecto prospere, la ministra evitó responder, pero indicó que considera necesario vincular el desarrollo con las condiciones básicas de la gente para poder mantener su vida.

Al insistírsele sobre este proyecto cuprífero, La Rosa señaló que ella es responsable de inclusión social y en ese marco está trabajando.

Añadió que, para que los proyectos extractivos sean viables y los ciudadanos estén contentos, lo primero que hay que hacer es “tener la licencia social”, pues “no es que unos cuantos van a decidir cómo quiere vivir el conjunto del país”.

Además, agregó que hay que pensar en un desarrollo productivo mucho más grande y variado, porque no solo tenemos minerales.

“El Perú es un país de oportunidades”, pues cuenta con turismo, agricultura, entro otros. Militancia Reiteró que el año pasado pidió licencia del Frente Amplio –fue militante de Tierra y Libertad– cuando postuló al decanato nacional de enfermeras y renunció el 29 de enero cuando asumió dicho cargo.

Al recordarle que Tierra y libertad se ha caracterizado como una agrupación antiminera, la ministra sostuvo que no suscribe una mirada antiextractivista, sino un desarrollo en armonía con la naturaleza.

“Eso es viable y posible y tenemos muestras en otros países, apuntó. “Cuando se consulta a las personas, cuando se cuidan la cuencas, cuando se prioriza la armonía de la gente con los seres vivos que habitan en las zonas, hablamos del buen vivir (…). Si seguimos en esta dinámica de consumo (de recursos naturales) el mundo es inviable”, anotó.