Redacción Gestión

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AP.- El presidente firmó el martes un tratado histórico para que Moscú anexe Crimea a la federación rusa, y describió el paso como una forma de corregir injusticias y una respuesta necesaria a lo que él calificó de una invasión occidental a los intereses vitales de Rusia.

"En los corazones y mentes de la gente, Crimea ha sido siempre una parte integral de Rusia", afirmó Putin en un discurso emotivo de 40 minutos que fue transmitido en vivo desde el Kremlin.

El mandatario ruso rechazó las críticas occidentales sobre el referéndum de del domingo —en el que los residentes de la península estratégica del Mar Negro respaldaron abrumadoramente separarse de Ucrania y unirse a Rusia— como una manifestación de la doble moral de occidente.

Al mismo tiempo, el mandatario ruso dijo que su país no desea entrar en otras regiones de Ucrania porque "no queremos la división de Ucrania".

El discurso de Putin fue pronunciado horas después de firmar el proyecto de ley de anexión.

Miles de soldados rusos han sido destacados a lo largo de la frontera oriental de Ucrania durante las últimas semanas. Rusia ha dicho que fue para entrenamiento militar, mientras que Estados Unidos y Europa interpretaron el movimiento militar como una táctica de intimidación.

Putin agregó que los meses de protestas en la capital ucraniana, que obligaron al presidente Viktor Yanukovich a huir a Rusia, fueron instigadas por occidente con el fin de debilitar a . Putin acusó al nuevo gobierno de Ucrania como ilegítimo, impulsado por radicales "nacionalistas, neonazis, rusófobos y antisemitas".

Después del discurso ante legisladores y altos funcionarios, Putin y autoridades de Crimea firmaron el tratado para que la región se incorpore a Rusia.

El tratado deberá ser aprobado por el Tribunal Constitucional de Rusia y ratificado por ambas cámaras del parlamento, pero tales pasos serían meras formalidades. Valentina Matvienko, presidenta de la cámara alta del parlamento ruso, dijo que el procedimiento podría completarse a fines de semana.

En su discurso en la sala San Jorge del Kremlin, de colores oro y blanco, Putin dijo que el nuevo gobierno de Ucrania ignoró los derechos de los rusos étnicos de Ucrania. Insistió en que la consulta del domingo en Crimea para unirse a Rusia se apegó al derecho internacional y que refleja su derecho a la autodeterminación.

Putin habló unas horas después de que él aprobó un proyecto de ley para la anexión de Crimea a Rusia, una decisión clave en un frenesí de pasos formales para incorporar la península del Mar Negro.

Para respaldar su tesis de que el referéndum de Crimea respetó el derecho internacional, Putin recordó el caso de la lucha de Kosovo para independizarse de Serbia —apoyada por occidente y a la que se opuso Rusia— y agregó que la secesión crimeana de Ucrania repite la propia secesión ucraniana de la Unión Soviética en 1991.

Putin negó las acusaciones occidentales de que Rusia invadió Crimea antes de referéndum, indicando que los soldados rusos fueron enviados conforme a un tratado con Ucrania que permite a Rusia tener hasta 25.000 soldados en su flota del Mar Negro en Crimea.

Crimea votó abrumadoramente el domingo separarse de Ucrania y adherirse a Rusia. La votación, convocada apresuradamente, tuvo lugar dos semanas después que los soldados rusos ocuparan la península del Mar Negro. Occidente y Ucrania denunciaron el referéndum como ilegítimo y orquestado a punta de pistola, pero los residentes de la península votaron abrumadoramente a favor de incorporarse a Rusia.

Crimea ha sido parte de Rusia desde el siglo XVIII hasta que el líder soviético Nikita Kruschov la transfirió a Ucrania en 1954. Tanto los rusos como la población rusoparlante en Crimea, que es la mayoría étnica, consideran la anexión la reparación de un insulto histórico.

El lunes Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron la congelación de activos y otras sanciones contra las autoridades rusas y ucranianas involucradas en la crisis de Crimea. El presidente de Estados Unidos Barack Obama anticipó que habría otras si Rusia no dejar de intervenir en Ucrania.

La agitación en Ucrania, que comenzó en noviembre con una ola de protestas contra Yanukovych, se acentuó luego de que éste huyera a Rusia a fines de febrero y se ha convertido en la mayor crisis de seguridad en Europa en varios años.