Bloomberg.- Transcurridos cuatro meses de presidencia de Donald Trump, el cielo no se ha desplomado sobre el sistema de gobernanza mundial que Estados Unidos hizo tanto por construir desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, tiene serios problemas.

Trump no ha cumplido con las amenazas preelectorales de declarar obsoleta la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN-NAFTA), aceptar la anexión de Crimea por parte de Rusia o acusar a China de manipular divisas.

Sin embargo, tras regresar a Washington este fin de semana, las reuniones de Trump con los aliados tradicionales de Estados Unidos durante su gira de nueve días por Oriente Medio y Europa parecieron dejar a éstos, no menos, sino más preocupados por el inventario de temas que generaron esa aprehensión en noviembre pasado.

No sintieron la certeza de su compromiso con el principio de defensa colectiva de la OTAN, quedaron inseguros en cuanto a su postura hacia Rusia, profundamente preocupados por su desconfianza en los acuerdos de libre comercio y sin saber si retirará a Estados Unidos del Acuerdo de París del 2015 para frenar el cambio climático. Trump dijo en Twitter que tomaría la decisión esta semana.

"No estamos para nada bien", dijo Francois Heisbourg, un veterano analista de la alianza transatlántica y presidente del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. "Es peor de lo que pensaba en algunos aspectos." Los describió como problemas de carácter impetuoso y estilo de gobierno de Trump.

División con MerkelLa canciller alemana, Angela Merkel, defensora de la relación entre Europa y Estados Unidos que supo llevarse bien con el ex presidente estadounidense George W. Bush cuando otros europeos continentales no pudieron, se mostró especialmente desanimada después de pasar tres días con Trump, primero en la OTAN y luego en una cumbre del Grupo de los Siete en Sicilia.

"Los tiempos en los que podíamos confiar plenamente en los demás han quedado atrás, en cierta medida… he sentido eso en estos últimos días", dijo a sus seguidores en un evento de campaña en Múnich el domingo. "Nosotros, los europeos, debemos hacernos cargo de nuestro propio destino".

Sin duda, para algunos aliados, como los Estados árabes del Golfo e Israel, la elección de Trump está resultando ser un triunfo, en tanto les brinda un claro apoyo estadounidense en su rivalidad con Irán.

Arabia Saudí también llegó a un acuerdo para comprar más de US$ 100,000 millones en armas estadounidenses y recibió el visto bueno en su pobre historial de derechos humanos.

Al igual que Trump, estos países consideran que su relación con Estados Unidos se está recuperando, después de una tensión significativa durante la administración del ex presidente Barack Obama.

Pero a las alianzas e instituciones que Estados Unidos construyó con democracias de ideas afines no les fue tan bien.

"En el frente de las alianzas, estamos teniendo que dedicarnos a una permanente limitación de daños. Claramente no hay mucho que podamos hacer juntos", dijo Heisbourg, desestimando el éxito de Trump la semana pasada a la hora de conseguir un acuerdo para centrar más la alianza en la lucha contra el terrorismo.

"La OTAN está tan equipada para enfrentar el contraterrorismo como el Vaticano", añadió.

En la OTAN, Trump omitió expresar claramente su compromiso con la defensa colectiva de la alianza, conocida como Artículo 5, en un discurso para conmemorarla.

Representantes de la Casa Blanca dijeron que el discurso debe ser leído como una reafirmación de su apoyo, pero el encuentro dejó a los aliados sin la certeza de que Estados Unidos acudiría en su ayuda si fueran atacados.

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