El escritor se pronunció, a través de su columna en el diario El País de España, sobre la complicada situación por la que pasa el expresidente Alejandro Toledo y enfatizó que si es encontrado culpable en el caso de pago de sobornos de entonces debe "pagar sus robos".

"Y si es encontrado culpable (Toledo) que pague sus robos y la enorme traición que habría perpetrado con los millones de peruanos que votamos por él y lo seguimos en su campaña a favor de la democratización del Perú contra los usurpadores y golpistas", comentó.

Agregó que espera que Toledo regrese al Perú por iniciativa propia o lo regresen, y sea juzgado imparcialmente. "Algo que, a diferencia de lo que ocurría durante la dictadura fujimorista, es perfectamente posible en nuestros días", anotó.

Vargas Llosa recordó que tuvo mucho contacto con Toledo en la época cuando lideraba la lucha por recuperar la democracia en el Perú y "me parecía un hombre sincero y honesto".

"Un peruano de origen uy humilde que por su esfuerzo tenaz había – según le gustaba decir – 'derrotado a las estadísticas', y estaba seguro de que haría un buen gobierno", añadió.

Pese a todo ello, el Nobel de Literatura consideró que Toledo, pese a sus "pillerías", lo hizo bastante bien, pues en sus cinco años de gobierno se respetaron las libertades públicas, empezando por la libertad para una prensa que se encarnizó con él, y por la buena política económica, de apertura e incentivos a la inversión, que hizo crecer al país.

"Todo eso ha sido olvidado desde que se descubrió que había adquirido costosos inmuebles y dio unas explicaciones – alegando que todo aquello había sido adquirido por su suegra ¡con dinero del celebérrimo Josef Maiman! – que en vez de exonerarlo nos parecieron comprometerlo todavía más", subrayó.

Caso OdebrechtPara Vargas Llosa, algún día se tendrá que levantar un monumento en homenaje a la compañía Odebrecht, ya que "ningún gobierno, empresa o partido político ha hecho tanto como ella en América Latina para revelar la corrupción que corroe a sus países ni, por supuesto, obra con tanto empeño para fomentarla".

Odebrecht ha gastado cerca de US$ 800 millones en coimas o sobornos a jefes de Estado, ministros y funcionarios públicos para obtener licitaciones y contratos que, casi siempre escandalosamente sobrevaluados, le permitían obtener ganancias sustanciosas.