Alan García permanece en la embajada de Uruguay en Perú desde anoche. (Foto: Alessandro Currarino / USI)
Alan García permanece en la embajada de Uruguay en Perú desde anoche. (Foto: Alessandro Currarino / USI)

Montevideo.- La solicitud de asilo diplomático presentada por el expresidente de Perú Alan García es "un presente de griego" para el Gobierno uruguayo, ya que "es una situación incómoda cualquiera sea la decisión que tome", dijo el exmandatario uruguayo Julio María Sanguinetti.

"No es un tema sencillo, blanco o negro, porque además, Uruguay y Perú tienen relaciones diplomáticas de hoy y de siempre y en consecuencia eso también juega en el tema (...) yo supongo que el Gobierno tendrá que sopesar con mucha delicadeza todos los factores en juego", añadió el político durante una entrevista con Efe.

Pese a que prefirió no opinar sobre si Uruguay debería o no concederle asilo a García, señaló que una vez que se tengan "todas las cartas arriba de la mesa", hay que llevar en cuenta la Convención de 1954, suscrita por el país en Caracas, que cuenta con "normas sobre los fenómenos de anticorrupción", y también analizar pruebas, hechos y circunstancias del caso.

Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000) recordó que su país "tiene una larga tradición de concesión de asilo" y que durante su Gobierno tuvo que enfrentarse la "compleja situación" en la que consiste el análisis de cada solicitud.

"En tantos años de Gobierno hemos tenido que enfrentar muchas veces episodios (similares), recuerdo un general paraguayo, un ministro de defensa, militares venezolanos, etc", añadió.

En ese sentido, y de acuerdo con su experiencia, el también historiador, abogado y periodista, de 82 años, opinó que el Gobierno uruguayo "está actuando conforme a lo que corresponde de derecho" al haberle otorgado a García, de 69 años, el "amparo provisional".

"Alan García lo pide (el asilo) porque considera que no tiene garantías suficientes y que sin una acusación formal se le ha prejuzgado al pedirle 18 meses de no salida del país. Del otro lado, aparentemente habrá también un reclamo del Gobierno en nombre de la Justicia o de la Justicia misma considerando que hay una democracia, una Justicia independiente y que es la que debiera actuar", agregó.

El Gobierno uruguayo, en tanto, deberá "manejarse dentro de esos elementos" para ver "qué es lo que aporta cada uno" y poder tomar una decisión definitiva sobre el trámite que ha iniciado el exmandatario peruano (1985-1990 y 2006-2011).

Sanguinetti y García coincidieron en sus primeros mandatos, por lo que tuvieron la oportunidad no solo de conocerse sino de mantener buenas relaciones bilaterales entre sus países pese a las diferencias ideológicas, una vez que el uruguayo pertenece al conservador Partido Colorado y su par al centro-izquierdista Partido Aprista Peruano.

"A Alan García lo conocimos mucho cuando era un muy joven presidente que había llegado al poder con 39 años (...) En aquel momento era el niño rebelde de la izquierda porque no quería pagar la deuda externa, nacionalizar la banca, y nosotros mucho más al centro decíamos que había que administrar la deuda (...), consolidar las democracias con economías más estables", recordó.

García está investigado por los presuntos delitos de colusión y lavado de activos en el caso de los sobornos pagados por la constructora brasileña Odebrecht para la construcción de la Línea 1 del Metro de Lima.

Puesto que reside en Madrid desde 2016, a García un juez le prohibió este sábado salir de Perú por dieciocho meses, mientras continúan las investigaciones, medida con la que estuvo conforme, pero horas después solicitó el asilo diplomático a Uruguay bajo el argumento de que hay una persecución política en su contra.

Sin embargo, García no es único, ya que todos los expresidentes de Perú que siguen con vida están condenados o investigados por corrupción, entre otros delitos.

Sobre este contexto, Sanguinetti afirmó que la situación de ese país desde el punto de vista político es "muy penosa", y que haya "tantos cuestionamientos es sin duda triste para el Perú" y que espera que se pueda da comienzo a una nueva etapa.

"La corrupción ha afectado demasiado al continente en los últimos tiempos y ha contribuido al descrédito, desgraciadamente, de las instituciones democráticas y eso confiemos que ahora podamos, luego de este proceso, comenzar a recuperar esos valores, esa fe, esa confianza sin la cual la democracia es difícil de sustentar", concluyó.