Reuters.- El presidente de Estados Unidos, , habló con los líderes de Alemania e Italia el lunes, dijo un funcionario de la Casa Blanca, antes de una cumbre del Grupo de los 20 que podría exponer las agudas diferencias entre las potencias mundiales sobre comercio y otros asuntos.

Trump se está preparando para la cumbre del G-20 de dos días que comienza el viernes en Hamburgo, poco más de un mes después de que otra reunión del G-7 en Sicilia mostró las profundas diferencias entre Trump y otros sobre cambio climático y migración.

El presidente estadounidense se reunirá por separado con varios líderes en Hamburgo, entre ellos la canciller local, Angela Merkel, además de un posiblemente difícil primer encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Trump anunció en Twitter que el lunes hablaría por teléfono con los líderes de Alemania, Italia y Francia. La Casa Blanca informó más tarde en un comunicado que las llamadas serían con Merkel y con el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, pero no mencionó al presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Trump y Macron conversaron la semana pasada cuando el presidente de Estados Unidos aceptó una invitación para asistir a las ceremonias del Día de la Bastilla en París el 14 de julio.

Merkel mencionó también la semana pasada la posibilidad de un enfrentamiento abierto con Trump en la cumbre de Hamburgo, pero funcionarios estadounidenses han minimizado la disputa.

Rusia y Estados Unidos todavía están discutiendo el momento del encuentro entre Trump y Putin, dijo el lunes un asesor del Kremlin.

Desde que Trump fue elegido presidente de Estados Unidos, Moscú ha estado anticipando su primer encuentro con Putin, con la esperanza de que cambie las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, que se deterioraron durante el mandato del predecesor de Trump, Barack Obama.

Sin embargo, como Trump se ha visto arrastrado a una controversia por los supuestos vínculos de sus asesores con Moscú, la reunión con Putin se ha convertido en un campo minado. Un encuentro muy amistoso permitiría que la oposición interna acuse a Trump de ser una marioneta del Kremlin.