Bloomberg.- El Senado indicó que está listo para ampliar las sanciones contra Rusia en medio de una investigación sobre su intromisión en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y dejar que el Congreso revise cualquier iniciativa del presidente Donald Trump para levantar las sanciones existentes.

El miércoles, el Senado votó abrumadoramente, 97 a 2, para agregar la medida de Rusia a un proyecto de ley que sanciona a Irán por su trabajo para desarrollar tecnología de misiles balísticos, en un rechazo bipartidista a las sugerencias de Trump sobre el mejoramiento de las relaciones con Rusia. No se ha fijado una fecha para la votación final de la propuesta completa.

La legislación se produce después de que las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron que Rusia intentó influir en las elecciones presidenciales estadounidenses el año pasado.

Comités del Congreso y la Oficina Federal de Investigación (FBI) están examinando la interferencia rusa y si hubo alguna colusión con la campaña de Trump.

El gobierno de Trump está revisando la medida del Senado, según un funcionario de la Casa Blanca, quien pidió el anonimato por tratarse de deliberaciones internas.

El funcionario dijo que la administración está comprometida a mantener las sanciones vigentes hasta que Moscú honre los compromisos que hizo sobre Ucrania y que el marco existente para las sanciones es la mejor manera de presionar a Rusia.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, sugirió el martes que la administración podría oponerse a la enmienda sobre las sanciones de Rusia. "Lo que nos gustaría es la flexibilidad", dijo a un panel del Senado.

Actividad cibernéticaBajo la legislación, se podrían imponer nuevas sanciones a las entidades que realicen "actividades cibernéticas malintencionadas". Esto requeriría que la administración explicara cualquier movimiento para relajar o levantar las sanciones y crear un nuevo mecanismo para que el Congreso revise y bloquee cualquier esfuerzo.

La disposición convertiría en ley penalizaciones que fueron impuestas por la administración de Obama a algunos proyectos de energía rusos, decisión adoptada en el 2014 en respuesta a las acciones de Rusia en Ucrania.

También permitiría nuevas sanciones a las entidades estatales de la economía rusa, incluidas la minería, la metalurgia, el transporte marítimo y los ferrocarriles.

Y pediría a la administración que preparara un estudio sobre los posibles efectos de la ampliación de las sanciones para cubrir la deuda soberana y cualquier producto derivado.