(Bloomberg) Hace apenas 16 meses, el multimillonario ruso Mikhail Fridman y sus socios comerciales invirtieron alegremente US$200 millones en Uber.

Pero ahora, la compañía de inversiones de Fridman, LetterOne, se ha retirado de una inversión aún más grande en los Estados Unidos para evitar la resistencia de un rincón inesperado --la administración Trump.

La unidad de L1 Energy de LetterOne abandonó recientemente un acuerdo para comprar al productor de petróleo de Texas, ExL Petroleum Management LLC, por alrededor de US$ 700 millones, debido a que el plan podría ser rechazado por el Comité sobre Inversión Extranjera en Estados Unidos, o CFIUS, la comisión gubernamental que revisa los acuerdos para verificar riesgos en materia de seguridad nacional.

"Decidimos deliberadamente posponer nuestras inversiones en el sector petrolero estadounidense", dijo Fridman a Bloomberg.

"Muchos inversionistas están considerando que el proceso es difícil. En este momento es eclipsado por toda esta nube política. Acota nuestra capacidad de invertir en los Estados Unidos en el futuro cercano", agregó.

La compañía insignia de Fridman, Alfa Group, con sede en Moscú, lleva meses negando a gritos cualquier vínculo con el presidente Donald Trump, su negocio familiar o su campaña.

Alfa Bank negó las acusaciones de los informes de noticias sobre posibles comunicaciones electrónicas entre un servidor del banco y uno identificado con la Trump Organization durante la campaña presidencial estadounidense de 2016.

Y en enero, cuando Buzzfeed publicó un expediente de inteligencia alegando en parte que Alfa Bank integraba un plan ruso para influir en las elecciones de 2016, Fridman y sus socios demandaron al sitio por difamación.

"Somos una víctima inocente de toda esta historia", dijo Fridman refiriéndose a los informes de los servidores. "Nos gustaría saber quién estuvo detrás de él, quién lo elaboró".

Miles de millones para invertirSi bien L1 dijo que las acusaciones no incidieron en el abandono del acuerdo, los informes afectaron años de esfuerzo de Fridman y sus socios por distanciarse de Rusia, contratar asesores occidentales y establecer una oficina en Londres para invertir miles de millones de dólares a través de LetterOne.

Trajeron incluso al ex máximo responsable de BP Plc, John Browne, para dirigir la unidad energética de L1 con sede en Luxemburgo.

L1 tenía un acuerdo tentativo de pagar unos US$700 millones para comprar ExL, con sede en Midland, Texas, que opera en la enorme cuenca de Permian, a la firma de adquisiciones Quantum Energy Partners, con sede en Houston, dijeron personas al tanto del tema.

ExL comenzó a trabajar con asesores el año pasado para analizar una venta y ahora planea solicitar otras ofertas, dijeron.

Quantum no respondió a las consultas. ExL se negó a hacer declaraciones.

El campo petrolero que L1 quería comprar estaba cerca de una base aérea estadounidense, lo cual complicó las cosas, según Stuart Bruseth, portavoz de L1.

"Ningún funcionario relacionado con el CFIUS mencionó siquiera las acusaciones falsas de comunicación entre la Trump Organization y Alfa Bank", dijo Bruseth.

Fridman dijo que L1 tiene activos netos por unos US$ 22,000 millones, incluidos US$ 9,300 millones en efectivo, que quiere desplegar. Pero la compañía decidió posponer "miles de millones de dólares" en acuerdos en el sector energético estadounidense, dijo.

El CFIUS, encabezado actualmente por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, no tiene facultades para frenar acuerdos. Sólo puede recomendar que el presidente los bloquee por razones de seguridad nacional.

No obstante, si enfrentan lo que pueden considerar preocupaciones insuperables de la comisión, las empresas con frecuencia prefieren poner fin a los acuerdos antes que ser catalogadas como un riesgo para la seguridad.