Redacción Gestión

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San Salvador, (AFP).- El gobierno salvadoreño analiza la posibilidad de declarar estado de "emergencia" para intensificar el combate a la violencia que azota el país y que deja un veintena de muertes a diario, dijo el presidente Salvador Sánchez Cerén.

"Un área que estamos analizando jurídicamente es la declaratoria de emergencia, y esto corresponde (aprobarlo) a la Asamblea Legislativa", aseguró en una rueda de prensa el mandatario salvadoreño.

Sánchez Cerén precisó que estudia las medidas que se adoptarían en la posible emergencia para enfrentar la complicada situación de violencia, y de paso descartó un estado de excepción que implique la suspensión de garantías a la ciudadanía, como han sugerido algunos sectores políticos.

Cifras de la Policía Nacional Civil (PNC) indican que entre enero y febrero pasados se contabilizaron en El Salvador 1,399 asesinatos.

Ante esa situación de inseguridad, el presidente señaló que también se ha solicitado a la Fuerza Armada poner a disposición a reservistas, cuyo número no precisó, para que se integren a labores de apoyo en seguridad pública junto con la policía.

Unos 7,000 soldados ya efectúan labores de apoyo a la seguridad pública, de vigilancia en los centros penitenciarios y de refuerzo de seguridad en la zona fronteriza.

El ministro de Justicia y Seguridad, Mauricio Ramírez, indicó que también se trabaja en reformas legales que buscan que presos de avanzada edad o con problemas de salud y que no tengan condena por delitos graves, puedan salir en libertad condicional a fin de descongestionar los centros penitenciarios.

Sánchez Cerén aseguró que en los próximos días enviaría al Congreso las iniciativas con las que pretende atacar la violencia en el país.

De acuerdo a las autoridades, las pandillas son las principales responsables de la ola de violencia.

Cifras oficiales indican que en 2015 se registraron en el país 6.657 homicidios (18,2 diarios), que convierten a El Salvador en una de las naciones sin guerra más violentas del mundo, con un promedio de 104 homicidios por cada 100,000 habitantes.