Según la investigación fiscal, Gonzalo Monteverde y su entorno recibieron un poco más de US$29 millones de Odebrecht. (Foto: EFE)
Según la investigación fiscal, Gonzalo Monteverde y su entorno recibieron un poco más de US$29 millones de Odebrecht. (Foto: EFE)

Millonarios sobornos a presidentes, aportes ilegales a muchos candidatos, coimas a árbitros que dirimían disputas contractuales: la empresa brasileña Odebrecht no dejó detalles al azar para asegurarse negocios en Perú.

Fruto de un acuerdo de colaboración, exjefes de la constructora testificaron esta semana en Brasil ante fiscales peruanos, a quienes entregaron "las rutas del dinero" que Odebrecht repartió durante años en Perú entre figuras de poder, desde presidentes hasta alcaldes, para amarrar contratos de infraestructura.

"Aunque ya lo intuíamos los peruanos, ahora tenemos una seguridad, sabemos bien, incluso los montos, las cifras, y estamos todos asqueados, espantados de lo que ha estado sucediendo", declaró a la AFP Fiorela Ramírez Granda, graduada en filosofía de 40 años.

Los sondeos respaldan sus palabras, pues el 87% de los peruanos rechaza a todos los partidos políticos y sobre el 90% cree que la corrupción es alta o muy alta en el país.

Las revelaciones del exhombre fuerte de Odebrecht en Perú, el brasileño , salpican a cuatro expresidentes, entre ellos Alan García, quien se pegó un tiro en la cabeza cuando iba a ser detenido la semana pasada.

"El señor Barata ha dado una explicación de las rutas del dinero", dijo el fiscal peruano Rafael Vela, jefe del equipo que interrogó a los exjefes de Odebrecht en la ciudad brasileña de Curitiba (sur).

Barata declaró que la constructora aportó dinero a la campaña que llevó por segunda vez a García al poder en el 2006 y después le pagó más de cuatro millones de dólares a su secretario, Luis Nava.

La fiscalía sospecha que el destinatario final de este dinero no era Nava, sino (1985-1990 y 2006-2011), versión que el expresidente siempre negó.

Los testimonios de Barata involucran también a los exmandatarios (2001-2006), a quien afirma haberle pagado 31 millones de dólares en sobornos; a Ollanta Humala (2011-2016) y a Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).

"Eso demuestra, digamos, cómo se había enquistado en el poder toda esta empresa y había manejado prácticamente la política en el Perú", dijo a la AFP el ingeniero Elvis Malpartida, de 45 años.

Kuczynski, en prisión preventiva desde la semana pasada, renunció a la presidencia en marzo de 2018 acorralado por denuncias de corrupción cuando el Congreso se aprestaba a destituirlo.

Toledo escapó en enero de 2017 a Estados Unidos y ahora enfrenta un pedido de extradición, mientras Humala y su esposa Nadine estuvieron nueve meses en prisión preventiva por este caso, que también salpica a gobernadores y alcaldes peruanos.

El exjefe de Odebrecht reveló que el entonces presidente Toledo una vez lo increpó por la demora en entregarle sus coimas: "Oiga, Barata, paga carajo".

Imagen de empresa responsable
Por los testimonios de Barata también están bajo la lupa de la fiscalía dos exalcaldes de Lima, Susana Villarán (2011-2015) y Luis Castañeda (2003-2010), así como los gobernadores de las regiones del Cusco, Callao y Ancash.

También está bajo investigación la excandidata presidencial socialcristiana Lourdes Flores, mientras que la líder opositora Keiko Fujimori permanece en prisión preventiva desde el 31 de octubre.

Las revelaciones también involucran al abogado Horacio Cánepa, acusado de ser sobornado por Odebrecht cuando oficiaba de árbitro que dirimía sus disputas contractuales con el Estado peruano.

Hasta que estalló el escándalo a fines del 2016, la constructora tenía mucho prestigio en Perú, donde hacía donaciones para reforzar su imagen de empresa socialmente responsable.

Financiaba premios de periodismo y conjuntamente con el entonces presidente García regaló el Cristo del Pacífico, un monumento de casi 40 metros de altura inaugurado en junio del 2011 en un cerro costero del sur de Lima, inspirado en el Cristo del Corcovado de Rio de Janeiro.

Al haberse suicidado, Alan García quedó al margen de las investigaciones del escándalo de Odebrecht, por lo que nunca se llegará a demostrar su culpabilidad o inocencia. Sin embargo, continuarán bajo indagación algunos asesores suyos, entre ellos Nava.

Perú es el segundo país de la región, después de Brasil, más golpeado por el escándalo de corrupción de Odebrecht.

Los analistas indican que los altos niveles de corrupción en Perú se remontan al virreinato (1542-1824), pero por primera vez causan hartazgo en la ciudadanía.

"Creo que la generación de Alan García, Lourdes Flores, de la izquierda, del fujimorismo se ha terminado, y que lo que va a ocurrir es que dentro de cada tendencia van a haber agrupaciones con capacidad de renovarse, poner gente nueva, y aquellos que no lo hagan pues van a desaparecer", dijo a la AFP el columnista Augusto Alvarez Rodrich.