Bloomberg.- La aparente unidad detrás de lo que semejaba la vida como de costumbre y negociaciones normales para el Brexit no duró.

Como la primera ministra Theresa May está de vacaciones, el ministro de Hacienda se adelantó para decir que se estaba formando un consenso alrededor de una fase de transición de tres años, durante la cual poco cambiaría en la relación del Reino Unido con la Unión Europea hasta el año 2019, cuando las dos partes romperían formalmente. Pero esa visión de armonía se esfumó casi inmediatamente.

El secretario de Comercio Liam Fox utilizó una entrevista con el Sunday Times para echar agua fría sobre las afirmaciones de Philip Hammond de que él y otros altos ministros se habían puesto de acuerdo en permitir la libre circulación de personas durante un período superior a los dos años de negociaciones.

No "mantendría la fe" frente a la decisión de los votantes en el referéndum de 2016, dijo el funcionario, agregando directamente: "No he participado en ninguna discusión sobre eso".

Los ratones se diviertenEl ex ministro del Brexit, David Jones, y Gerard Lyons, economista que está a favor de abandonar la Unión Europea y ex asesor del Secretario de Relaciones Exteriores BorisJohnson, también se unieron al ataque en una señal de que la guerra entre los conservadores gobernantes por la dirección del Brexit está sin resolver después que una mala elección puso el propio enfoque de May en debate.

"Este es un caso clásico del dicho 'en ausencia del gato, los ratones se divierten'", escribió Jones, que ya no ocupa su cargo como consecuencia de la elección, en el Mail el domingo.

"Tan pronto como la ministra se fue de vacaciones y el Parlamento cerró por el verano, las fuerzas pro europeas del gabinete decidieron que era un buen momento para continuar con sus maniobras", afirma.

Los comentarios de Fox fueron hechos en Estados Unidos antes de que Hammond hablara por radio el viernes, pero subrayaron el nivel de desconfianza que parece permear el gabinete de May desde que el partido perdió su mayoría parlamentaria en una apuesta electoral en junio.

Antes de que ella iniciara su descanso, la disputa política se había puesto tan desagradable que algunos instaron a May a despedir a ciertos ministros.

Toda la plataforma de May se fundó en la premisa de "seguir adelante" con el Brexit, pero su debacle electoral la dejó luchando por mantenerse en el poder y allanó el camino para que se escucharan voces más moderadas.

Personas como Hammond, que había hecho campaña a favor de permanecer en la UE y quería que el divorcio resultara tan amistoso como fuera posible, son ahora más visibles.

La ministra del Interior, Amber Rudd, está entre los que se sintieron animados a suavizar la postura del gobierno. Disparó su primera salva el jueves, diciendo que no habría una represión repentina de los migrantes de la UE al Reino Unido al día siguiente del Brexit.

Hammond reforzó esos comentarios un día después, diciendo a la radio BBC que "pasará algún tiempo antes de que podamos introducir controles migratorios completos" después del Brexit, y que hay "amplio consenso" en el gabinete para una transición de hasta tres años.