(Bloomberg) Avik Roy dice que el proyecto de ley republicano que reemplazará a la reforma sanitaria conocida como Obamacare haría que los pobres no pudieran pagar su seguro médico.

Robert Laszewski lo llama un enfoque "alucinante" que podría colapsar el mercado individual. Seth Chandler advierte que podría hacer que los estadounidenses mayores no tuvieran acceso a la atención médica. Y se trata solo de derechistas.

Los efectos de la medida prometida desde hace tiempo para revertir la ley firmada por Barack Obama en el 2010 recaerían principalmente en los pobres, un hecho que ha provocado oposición tanto en la izquierda como en la derecha.

El proyecto de ley reduciría los impuestos en unos US$ 575,000 millones en una década, principalmente para las compañías de seguros de salud y los ricos. En cambio, limitaría el dinero canalizado a las personas de bajos ingresos, elevaría los costos para los estadounidenses mayores y reduciría la expansión de Medicaid.

"No hay duda de que el objetivo es reducir sustancialmente el compromiso federal de proporcionar atención subsidiada a la población de bajos ingresos", dijo Len Nichols, profesor de política de salud en la Universidad George Mason.

"La misma población que votó por Trump, la clase obrera que ya no tiene una buena cobertura patrocinada su patrón, o que nunca la ha tenido, acabará peor".

Obamacare proporcionó cobertura médica a cerca de 20 millones de personas, reduciendo el número de estadounidenses no asegurados a un mínimo histórico. La ley proporcionó subsidios para ayudar a las personas de bajos y medianos ingresos a pagar el seguro de salud, y también obligó a los estados a expandir sus programas de Medicaid a más personas de bajos ingresos.

La mayoría de los cambios propuestos en el proyecto de ley, respaldado por el líder de la Cámara de Representantes Paul Ryan y que será debatido por la comisión el miércoles, entrarían en vigor a principios del 2020.

Entre dos millones y cuatro millones de personas perderían cobertura en el mercado individual ese año, mientras que otros 4 millones a seis millones perderían su cobertura de Medicaid, calculó S&P Global Ratings el martes.

Podría haber primas más altas o una cobertura más débil para muchos, particularmente los ancianos y las personas con ingresos más bajos. Al mismo tiempo, habría menos incentivos para que las personas sanas compraran seguros.

Los redactores del proyecto de ley escribieron disposiciones dirigidas a determinadas formas de ingresos.

Por un lado, la medida facilita que las aseguradoras de salud paguen más a los ejecutivos. La propuesta elevaría la deducción garantizada sobre la compensación a US$ 1 millón desde US$ 500,000, y también permite a las aseguradoras deducir cualquier pago relacionado con el desempeño.

Por otro, aseguraría que los ganadores de loterías, la mayoría pobres, no obtendrían nada gratis. Seis de las 123 páginas del proyecto están dedicadas a cambiar las fórmulas de Medicaid para cortar a los ganadores y a otros que reciben ganancias inesperadas de US$ 80,000 o más.

El proyecto de ley extiende el cálculo por meses o años, lo que significa que quienes ganan la lotería podrían quedarse sin cobertura por hasta una década.