AFP.- La (Flip) rechazó este martes las "amenazas" que recibió un periodista por parte de un pastor cristiano y mostró su preocupación por los "actos de violencia" contra reporteros que puedan generar.

"La Flip rechaza las amenazas y las estigmatizaciones de las que ha sido víctima , reportero de (el programa radial) Vox Populi en Cartagena" (norte), dijo en un comunicado esta ONG dedicada a la defensa de los periodistas en Colombia.

Según el texto, "el responsable de los ataques es , pastor de la iglesia Ríos de Vida".

Durante el sermón del pasado viernes, el líder evangélico se refirió al reportero y dijo: "Dale gracias a Dios que soy nacido nuevo", porque "hace rato estuvieras en la Ciénaga de la Virgen, metido ahí", según la Flip, que explicó que el lugar mencionado por el religioso corresponde a una locación de Cartagena donde frecuentemente son hallados cuerpos sin vida.

La ONG expresó además su "preocupación por los actos de violencia que se puedan generar contra la prensa luego de las declaraciones de Arrázola".

Torres publicó en noviembre un artículo en el que expuso el salario mensual del líder cristiano, además de su pedido de 4 millones de pesos (unos US$ 1,330) a cada feligrés para construir una iglesia, según su investigación.

El periodista "considera que las amenazas son producto de las publicaciones que ha hecho refiriéndose a la captación y destinación de dineros por parte de los líderes de la iglesia", señaló la Flip, y apuntó que Arrázola hizo referencia a esta publicación el pasado viernes al amenazar a Torres.

Torres también recibió advertencias "a través de llamadas telefónicas en las que lo insultaban y lo trataban de calumniador", ataques que fueron atribuidos a seguidores del pastor.

Las iglesias deben "ser tolerantes a las críticas, responder a ellas si así lo consideran pero no están legitimadas para atacar a periodistas", reclamó la .

En su informe anual, publicado en febrero pasado, la ONG dio cuenta de 216 violaciones a la libertad de prensa en Colombia en 2016, lo que representó un aumento de 46,9% en amenazas, agresiones y casos de estigmatización de periodistas en el 2015.

Pese al incremento, en 2016 y por primera vez en siete años no fue asesinado ningún reportero por razones de su oficio en el país.