Fue un 'momento Princeton' a más de 5,700 kilómetros de distancia de FitzRandolph Gate (la histórica puerta principal de la Universidad de Princeton): dos 'Princetonians' parados juntos frente al palacio presidencial en Lima, Perú, el 28 de julio, vistiendo ternos adornados con bandas rojiblancas, los colores de la bandera de su nación.

Uno de ellos era Pedro Pablo Kuczynski, el nuevo presidente del Perú, que obtuvo una Maestría en Relaciones Públicas en 1961 de la Escuela Woodrow Wilson de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton.

El otro era Ricardo Luna, un miembro de la Clase de 1962 y el nuevo canciller del país, quien fue juramentado en su cargo por Kuczynski frente a una gran multitud.

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Kuczynski, un economista, ganó la elección presidencial en junio en una victoria estrecha sobre Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori.

"El compromiso de Pedro Pablo Kuczynski con el servicio público es un ejemplo de los valores fundamentales de la Escuela Woodrow Wilson", dijo Cecilia Rouse, decana de la Escuela y catedrática de Economía y Asuntos Públicos. "Lo felicitamos por haber sido elegido presidente del Perú".

Kuczynski fue primer ministro del Perú del 2005 al 2006. Antes de eso, fue gerente general del Banco Central de Reserva del Perú y luego sirvió en los cargos de ministro de Energía y Minas a principios de 1980 y ministro de Economía y Finanzas en la década del 2000. También trabajó en los Estados Unidos a principios de su carrera, en el Banco Mundial y en el Fondo Monetario Internacional.

Kuczynski estudió en el Exeter College de Oxford, donde se graduó con títulos en Política, Filosofía y Economía en 1960. Luego recibió la beca John Parker Compton para realizar estudios de posgrado en Asuntos Públicos en Princeton.

Por otro lado, Ricardo Luna sirvió como embajador del Perú en los Estados Unidos de 1992 a 1999. Participó en las conversaciones de paz que en 1998 dieron lugar a un acuerdo que puso a décadas de fricción y regulares conflictos entre Perú y Ecuador.

Luna ayudó a reducir la deuda bilateral con los Estados Unidos, al mismo tiempo centrándose en cuestiones de tráfico de drogas, derechos humanos y la consolidación democrática.

De 1989 a 1992, Luna fue el embajador del Perú en las Naciones Unidas y del 2006 al 2010 fue embajador en la Corte de St. James en Londres. Luna ha enseñado Relaciones Internacionales en las universidades de Brown, Columbia, Tufts, Harvard y Princeton y la Universidad de San Martín de Porres en Lima, centrándose en las relaciones entre América Latina y los Estados Unidos y los gobiernos de los Andes.

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Se graduó de la Universidad de Princeton en 1962 con una Licenciatura en Política, obtuvo una Maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia en 1964 y entró en el servicio diplomático del Perú en 1966.

La elección de Kuczynski marca un importante paso hacia adelante para el Perú y refleja el deseo de los votantes de "dar la espalda a una larga historia de mal gobierno", dijo Jeremy Adelman, catedrático de Historia que ha estudiado extensivamente a América Latina.

Sin embargo, Adelman recalcó los retos que se le vienen a PPK, especialmente teniendo en cuenta que el partido de Kuczynski tiene poca representación en el Congreso de la República.

"Lo que Kuczynski tiene que hacer es gobernar con una coalición de gobierno, y eso significa ser capaz de conversar por los pasillos partidarios", dijo Adelman. "Afortunadamente, él es un buen oyente y no se encierra en dogmas o se rodea de insidiosos. Tiene algunas personas estupendas que trabajan con él, como Ricardo Luna".

Uno de los principales problemas que enfrenta el gobierno de Kuczynski es cómo sostener el crecimiento económico del Perú, y al mismo tiempo hacer frente a las desigualdades del país, agregó Adelman.

"Perú ha experimentado lo que se llama un 'súper boom' impulsado por la minería y otras materias primas, pero lo último que necesita el país es un contragolpe", dijo Adelman.

"Al país le fue relativamente bien –por ejemplo, en comparación con Brasil y Venezuela– al no derrochar su golpe de suerte para poder seguir invirtiendo en la infraestructura que tanto necesita. Pero el auge ha tenido efectos ambientales que necesitan ser atendidos de forma rotunda. Kuczynski se ha comprometido a eso", agregó.