(AFP) El gobierno del presidente estadounidense cayó este jueves en un nuevo escándalo sobre sus presuntos lazos con Rusia durante la campaña electoral, tras revelaciones de que uno de sus ministros mintió sobre sus encuentros con el embajador de Moscú en Washington.

Líderes de la oposición demócrata pidieron la renuncia del fiscal general y secretario de Justicia, Jeff Sessions, luego que éste confirmara que se reunió dos veces con el diplomático ruso, en clara contradicción a su testimonio ante el Senado en su investidura.

Las nuevas revelaciones relanzaron los llamados de varios legisladores al nombramiento de un investigador especial independiente para revisar la supuesta intervención rusa en la campaña electoral para ayudar a Trump a ganar la Casa Blanca, acabando abruptamente con la tregua alentada por el celebrado discurso del mandatario el martes ante el Congreso.

El nuevo capítulo del escándalo constituye otro golpe para la administración del presidente estadounidense, quien rechaza las acusaciones de injerencia de Rusia y desmintió en varias ocasiones sus eventuales vínculos con responsables de Moscú.

Este jueves, al ser consultado por la prensa si mantenía su confianza en Sessions, Trump respondió: "Total".

Sin embargo, el mandatario admitió que "no estaba al tanto" de los contactos que Sessions había mantenido con el embajador ruso durante la campaña electoral.

Sessions, un ultraconservador de 70 años y uno de los primeros apoyos de Trump en el Partido Republicano, reconoció haberse reunido con el embajador ruso, Sergey Kislyak, en julio y en setiembre, contrariamente a lo que había declarado ante el Senado en su investidura.

Pero afirmó que los encuentros tuvieron lugar en el marco de sus funciones de senador y no como asesor de Trump.

En enero, en las audiencias del Senado, bajo juramento, Sessions había afirmado que "no tenía contactos con los rusos".

Cuando sea adecuado"Nunca me he reunido con un responsable ruso para discutir una campaña política", manifestó Sessions la mañana del jueves a la cadena NBC.

El joven gobierno estadounidense no ha escapado de la sombra sobre la presunta complicidad entre Moscú y el nuevo inquilino de la Casa Blanca, y el caso ya se cobró una víctima, con la renuncia en febrero del consejero de seguridad nacional nombrado por Trump, Michael Flynn, tras conocerse que mintió sobre una conversación entre él y el embajador ruso cuando Barack Obama era aún presidente.

La Casa Blanca confirmó los encuentros de Sessions pero afirmó que no había hecho nada reprochable, estimando que las revelaciones del Washington Post eran un nuevo "ataque" demócrata contra Trump.

"Sessions se reunió con el embajador en su calidad oficial de miembro de la comisión de las fuerzas armadas del Senado, lo que es completamente coherente con su testimonio", afirmó un responsable de la Casa Blanca.

Se trata de un nuevo "ataque de los demócratas contra la administración Trump", agregó.

RusiaEn Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo no estar al tanto de esos encuentros, pero subrayó que "el trabajo del embajador es tener la mayor cantidad de encuentros posibles, incluso con los representantes del poder ejecutivo y legislativo del país".

El cargo de Sessions está en el corazón del problema. Como fiscal general supervisa al FBI (policía federal) y por lo tanto la investigación de la policía federal sobre los posibles vínculos entre el entorno cercano de Trump y Moscú.

Frente a su casa este jueves, el exsenador declaró a NBC: "He dicho que, cuando sea adecuado, me recusaré (de la investigación). No hay dudas sobre eso".

Piden renunciaEn el Capitolio la presión aumenta, incluyendo desde sus propias filas.

Dos pesos pesados del Partido Republicano, Jason Chaffetz y Kevin McCarthy, llamaron a Sessions a abandonar su autoridad sobre la investigación del FBI.

"Sessions debería aclarar su testimonio y recusarse", dijo Chaffetz en Twitter.

Numerosos demócratas y cada vez más republicanos piden la designación de un investigador independiente para hacer luz sobre el asunto.

"No me interesa ser parte de una cacería de brujas, pero tampoco seré parte de un encubrimiento", dijo el senador Marco Rubio a la radio pública NPR.

Miembros de la oposición demócrata van más allá y piden la renuncia del ministro.

"El Departamento de Justicia debe estar por encima de cualquier recriminación. Por el bien del país, el fiscal general Sessions debe renunciar", dijo el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer.

Nancy Pelosi, la jefa de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, afirmó que el exsenador había "mentido y debía renunciar".

Schummer reiteró los llamados a nombrar un investigador especial, pero advirtió que si el Departamento de Justicia posterga esa decisión, legisladores de ambos partidos deben trabajar juntos para crear un "consejo independiente" encargado de las pesquisas necesarias.