Washington, (AFP).- Muchos estadounidenses están consternados ante la posibilidad de que el candidato republicano gane los comicios presidenciales del 8 de noviembre. Pero otros están igual de alarmados ante lo que podría ocurrir si pierde.

Un sector del país teme que los seguidores del magnate lleven a cabo algún tipo de represalia incluso armada si la demócrata gana, después de que denunciara que las elecciones están amañadas.

ha pedido a sus simpatizantes que acudan en masa a votar en ciudades donde son minoría – como Filadelfia (este) – y que están atentos a cualquier señal de fraude.

Pero lo que realmente ocurrirá si pierde es una incógnita, pues se está en terreno desconocido: un candidato que denuncia un fraude incluso antes de la votación en un país con un sistema altamente descentralizado en el que un fraude es prácticamente imposible.

"Creo que Trump está jugando con fuego y ha estado jugando con fuego muchos, muchos meses", aseguró Matt Dallek, profesor asociado de Gestión Política en la Universidad George Washington. "Creo que está in crescendo".

El experto afirma que no hay que excluir la violencia. En Estados Unidos hay más armas que personas, por lo que sólo se necesita a un seguidor de enfadado y armado para que haya una tragedia.

En su tempestuosa campaña apelando a la ley y el orden, el candidato republicano ha apelado a los frustrados electores de clase media y los blancos con poca educación, mientras ha criticado a los inmigrantes, los musulmanes y personas de otras minorías.

Además, ha intentado conquistar a aquellos que se sienten dejados de lado por la globalización y compartan su idea de devolver la grandeza a un Estados Unidos que considera mal gestionado, con un alto índice de criminalidad, incapaz de generar empleos, competir en el extranjero, luchar contra el extremismo islámico y evitar el ingreso de inmigrantes indocumentados.

El día siguiente"No quiero llamar violentos a los seguidores de Trump, pero estarán muy enfadados" si pierde, aseguró Joseph Wells, un estudiante universitario de 18 años que votará por primera vez, durante un mitin del republicano en Wisconsin (norte).

"Seré honesto, tengo algo de miedo de ver qué pasará durante las elecciones y al día siguiente", reconoció.

Las últimas encuestas muestran que lleva en promedio siete puntos de ventaja sobre , cuya campaña se ha derrumbado en los últimos días con los testimonios de una decena de mujeres que le acusan de comportamiento sexual inadecuado, algo que Trump lo niega.

La polémica comenzó con la publicación de un video de 2005, en el que se ufana de que su fama le permite tocar a las mujeres sin su consentimiento.

El republicano siempre se ha dirigido con virulencia hacia aquellos que se le oponen, y en sus mitins ha habido peleas entre sus seguidores y detractores.

Pero el comentario que más asustó al público llegó en agosto, cuando sugirió que los defensores del porte de armas podían actuar si ganaba y nombraba a una Corte Suprema favorable a un mayor control.

David Clarke, un sheriff partidario de que alarmó a la opinión pública llamando a una revuelta armada hace un tiempo, volvió a alentar a las masas el lunes en el acto de Wisconsin.

"Seguiré diciéndolo: es tiempo de antorchas y horquetas en Estados Unidos", dijo el oficial de Milwaukee, desatando la ovación del público.

La posibilidad de que estalle la violencia disminuye si Clinton gana con una gran ventaja y si los republicanos que apoyan a admiten que las elecciones han sido limpias, apuntó Timothy Frye, jefe del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia.

"Una cosa muy importante será el comportamiento de otros políticos", aseguró. Mike Pence, compañero de fórmula del multimillonario, ya ha pedido respetar los resultados.

El presidente Barack Obama, de su lado, no se ha mantenido al margen de las provocaciones de al calificar sus comentarios de "irresponsables".

"¿Reclamar antes del fin de la partida? Entonces no tienes lo que se necesita para este trabajo", afirmó.