(AFP) La oposición venezolana se moviliza este viernes hacia las cárceles donde están recluidos Leopoldo López y otros de sus dirigentes y activistas, para reclamar su libertad, al cumplirse casi un mes de intensas protestas que exigen la salida del poder de Nicolás Maduro.

Militares de la Guardia Nacional bloquean, con camiones y una barrera metálica, la vía hacia Ramo Verde, en Los Teques, en las afueras de Caracas, donde López cumple una condena de casi 14 años acusado de llamar a la violencia en protestas de 2014.

"No queremos confrontación, violencia, disparos. Queremos solidaridad con quienes como Leopoldo están resistiendo, queremos un país sin dictadura y sin represión", dijo Lilian Tintori, esposa del opositor, al llamar a la movilización.

Cerca del bloqueo, el diputado opositor Henry Ramos Allup aseguró que las fuerzas de seguridad tienen "la orden de no dejarlos pasar".

Grupos de opositores se concentraron en distintos puntos de Caracas para partir hacia Ramo Verde y al centro de reclusión del servicio de inteligencia El Helicoide, en la capital, donde están varios opositores encarcelados. También hay movilizaciones en otras ciudades del país.

"O llegamos y lo logramos o nos reprimen, pero no nos vamos a detener", declaró a la prensa Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, único poder público que la oposición controla, poco antes de iniciar la marcha, vestido con una camiseta estampada con la foto del rostro de López.

La oposición asegura que, con las detenciones en la ola de protestas contra Maduro que empezó el 1 de abril, subió de un centenar a unos 170 el número de "presos políticos", que el gobierno no reconoce sino que asegura que se trata de presos por actos de violencia y conspiración.

Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes, los disturbios, saqueos y tiroteos que han ocurrido este mes dejan hasta ahora 28 muertos y decenas de heridos, y aunque los arrestos han sido más de 1.000, la mayoría han sido temporales.

Tensión internacionalLa movilización hacia las cárceles forma parte de una ofensiva de la oposición para exigir elecciones generales, respeto a la autonomía del Parlamento, la liberación de sus activistas presos y un canal humanitario que alivie la grave escasez de alimentos y medicinas que sufre el país.

La oposición acusa al gobierno de reprimir violentamente las manifestaciones; en tanto que Maduro asegura que sus adversarios cometen "actos de terrorismo" para propiciar un golpe de estado y una intervención extranjera.

En plena crispación política, el gobierno de Venezuela anunció el retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que acusa de "injerencia" y de aupar a los opositores en una campaña para "intervenir a Venezuela", dirigida por Washington.

La OEA, cuyo secretario general Luis Almagro también insiste en la necesidad de "elecciones generales" y llama "dictador" a Maduro, convocó a una reunión de cancilleres para debatir la crisis, lo que desató el enojo de Caracas.

"Al imperialismo le digo: ¡Ya basta. No se metan más con Venezuela!", manifestó el jueves el presidente socialista, quien tachó a Almagro de ser un "arrastrado".

Tras la decisión de Venezuela sobre la OEA, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó a la prensa que "Venezuela es un desastre".

Buscando solidaridad, Venezuela pidió a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) una reunión para el 2 de mayo en San Salvador.

La canciller venezolana Delcy Rodríguez aseguró que en esa reunión de la Celac presentarán "pruebas de la violencia terrorista" de la oposición y, además, anunciarán "un grupo de países que se incorporarán al diálogo en Venezuela.

Maduro ha reiterado sus llamados al diálogo, tras un proceso de negociación con la oposición que fracasó en diciembre pese al acompañamiento del Vaticano.

El presidente, quien concluye su mandato en enero de 2019, dice también desear que se celebren elecciones, pero refiriéndose a los comicios de gobernadores, que debieron realizarse en diciembre pasado, y de alcaldes, previstos para este año.

El gobierno descarta un adelanto de las presidenciales, previstas para diciembre de 2018. Para la oposición la salida del poder de Maduro es la única vía para salir de la grave crisis política y económica que sufre el país.